Reynosa, Tamaulipas.-
Hace unos días una joven de nombre Giselle hizo una publicación en el Canal del Exilio Cubano, un espacio en las redes sociales donde se comunican miles de extranjeros que desde México esperan una oportunidad para poder obtener un asilo de los Estados Unidos.
El mensaje era claro: avisar que al albergue Senda de Vida de Reynosa, en la localidad fronteriza de Tamaulipas, acababa de llegar un joven que se hacía llamar Rubén Sosa Pérez, de nacionalidad cubana, originario de la provincia de Holguín y se encontraba completamente fuera de sus cabales.
Con un estado de salud mental muy diferente al que tenía cuando el mes de mayo pasado ingresó a este mismo refugio de migrantes, tuvo que ser sometido por varias personas intentando tranquilizarlo y, debido a su condición descontrolada, fue trasladado a un hospital psiquiátrico.
La noticia se divulgó rápidamente y llegó hasta los oídos de su madre Lourdes en Cuba, que desde hacía varios meses no sabía del paradero de su primogénito.
Desesperada pudo comunicarse con Eduardo, su otro hijo, para pedirle que fuera en auxilio de su hermano, quien también le había perdido la pista cuando intentaron extorsionarlo.
Presumiblemente Rubén habría sido secuestrado y desde entonces no volvieron a saber nada de él.
“Me comuniqué al hospital, llamo tres o cuatro veces en el día y lo que me dijeron es que él estaba lleno de golpes, de que lo maltrataron, de que lo golpearon. Me da mucho a pensar porque el coyote iba hasta allá a la frontera y llevaba gente y tampoco quiere decir qué le pasó, lo único que dice es que por favor que yo vaya a buscarlo”, mencionó vía telefónica su hermano.
Desde el exilio en el sur de México, la familia confesó que temió lo peor hasta que providencialmente sonó la llamada con noticias suyas, pero no todas fueron buenas, porque el joven no era el mismo que se despidió de Eduardo cuando salió en busca del sueño americano.
“Hace como dos o tres meses yo perdí comunicación con él, porque el tema fue que un coyote a mí me estafó con tres mil dólares (cerca de 60 mil pesos mexicanos), entonces el coyote le estaba llamando a él, lo estaba amenazándolo, pidiéndole dinero y que le dijera dónde nosotros estábamos”, recordó.
EL PARTE MÉDICO
De acuerdo con la Casa de Psiquiatría de Reynosa, Rubén tiene un diagnóstico de esquizofrenia y requiere de un tratamiento especializado, así como de la atención y cuidados de sus seres queridos.
“De hecho él llegó muy mal, diciendo incoherencias horribles, queriendo golpear a todo mundo y estuvo sujetado de día y de noche. Él necesita tratamiento definitivamente. Lo tenemos medicado, hasta el momento está controlado”, declaró Graciela González, jefa de enfermería en la institución.
La única familia que el paciente cubano tiene en México son su hermano, su cuñada y su pequeño sobrino, quienes así como él abandonaron Cuba en busca de llegar a la Unión Americana.
Pero no han podido viajar por los cambios protocolarios que establecieron las autoridades y se mantienen en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, al sur de la nación, separados de frontera a frontera.
Diversos organismos en derechos humanos, del Canal del Exilio Cubano, del Grupo Beta de apoyo a migrantes y activistas sociales, están colaborando en las gestiones para que esta familia, por razones humanitarias, obtenga el permiso para viajar al norte de México y reencontrarse con Rubén.
“Nosotros entregamos un paciente cuando el familiar se presenta. Su hermano, en este caso, tendría que venir por él y nosotros se lo entregamos con tratamiento, porque va a seguir con tratamiento”, aseguró.
La clínica está solicitando que se haga cargo de su cuidado, así como del costo de los medicamentos.
“Cuando él llegó aquí se le estuvo aplicando Zyprexa, porque estaba muy mal, muy agresivo, alterado… es una esquizofrenia. También se le hicieron unos laboratorios”, manifestó la enfermera.
Mientras tanto, Rubén es visitado por la señora Flor González, la mujer mexicana que le dio posada en Reynosa mientras esperaba su proceso migratorio con Estados Unidos, país con el que ya se había presentado a su segunda corte antes de quedar en un estado incierto. Ella le lleva comida y artículos de aseo personal.
Los próximos días serán cruciales para saber que ocurre con el caso de este ciudadano cubano que enfermó en el exilio, en la ruta de los migrantes hacia el “sueño americano”.