Cd. de México.-
Cientos de veces, miles de historias de amor nos llegan al corazón y como muchas no todas tienen un final feliz.
Este es el relato de dos artistas Ulay y Marina Abramovich, quienes por azares del destino tuvieron que terminar su relación.
En el año de 1976, se conocieron en Ámsterdam, fue un hermoso enamoramiento a primera vista.
Sin embargo durante 1988 tomaron la decisión de culminar su relación haciendo de esta una obra de arte, realizando un performance en la Gran Muralla China que nombraron “The Lovers”.
Cada uno estuvo colocado en dos extremos, ella en el Mar Amarillo y él en el desierto de Gobi; ahí realizarían una caminata justo para encontrase a media muralla y dar fin a su romance.
Frente a frente y en un momento romántico y triste a la vez, dieron por terminada su idilio, luego de darse un abrazo se dijeron adiós.
Pero en el año de 2010, luego de 22 años, el reencuentro se dió. La artista, quien se presentó en el MoMa de NY con el performance “El artista está presente”, que consistía que durante 60 segundos se sentaban frente a la artista para sostenerle la mirada, con el objetivo de grabar las diferentes reacciones.
Pero lo que no sabía, es que entre los voluntarios para la grabación se encontraba Ulay, 22 años después de haberse visto por última vez.
Sin saberlo, el gran amor de su vida se sentó frente a ella para poder mirarla fijamente. Y esto fue lo que sucedió: