Monterrey, N.L.-
La llegada de la primavera siempre se ha relacionado con alergias, provocadas por el polen, la contaminación, moho, acáros, polvo, entre los principales factores, lo cual, afecta a quienes las padecen, y pese al confinamiento en el que se encuentra la población debido al COVID-19.
“La rinitis alérgica como tal, es la forma más común de rinitis no infecciosa, es decir, que no es provocado por un virus o por una bacteria; en este caso la rinitis alérgica es un proceso inflamatorio de la mucosa nasal mediada por un anticuerpo que nosotros conocemos como inmunoglobulina E.
“Por lo regular, este tipo de rinitis alérgica, da síntomas propios en la nariz, inducida por la exposición a estas partículas que aspiramos del medio ambiente, en este caso, los alérgenos, y el polen es el más común de ellos”, señaló el doctor Héctor Aguirre Mariscal, Director del 70º Congreso Nacional de la Sociedad Mexicana de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello.
Explicó que la rinitis alérgica es un padecimiento crónico que afecta principalmente a niños y jóvenes menores de 18 años; y a nivel mundial, se calcula que existen 500 millones que la padecen.
“Cerca de 500 millones de personas padecen de este tipo de enfermedad y desafortunadamente la mayor afectación es en población joven, en menores de 18 años.
“En un estudio de prevalencia realizado por la Organización Mundial de Alergia (World Allergy Organization) se ha considerado que cerca del 10 al 30 por ciento de la población mundial padece de rinitis alérgica; la mayor incidencia es en menores de 14 años y en el adulto joven es de entre 15 a 30 años”, refirió Aguirre Mariscal.
Actualmente se asocia la rinitis alérgica con otras enfermedades como son la la dermatitis atópica, conjuntivitis, rinosinusitis y asma bronquial.
“Particularmente en la Ciudad de México, según un estudio de prevalencia, la rinitis alérgica tiene una incidencia de un 20 por ciento; en cuanto al asma bronquial, un 15 por ciento ; la dermatitis atópica casi en 19 por ciento y la conjutivitis alérgica, cerca de un 18 por ciento de los casos.
“La rinitis alérgica primaveral es de origen ambiental, pero desafortunadamente vivimos en una ciudad contaminada y la contaminación es un factor que predispone la inflamación de la vía respiratoria superior y que se incrementa con los antecedentes propios de alergia”, mencionó el otorrinolaringólogo con subespecialidad en Otorrinolaringología Pediátrica.
Se presentan dos síntomas importantes: síntomas nasales o síntomas oculares. Los síntomas nasales clínicos que se describen en la actualidad son: comezón o prurito; la presencia de estornudos y el moco de característica transparente de flujo continuo.
“Es muy importante diferenciar los síntomas de rinitis alérgica de un resfriado común para evitar que la gente se automedique, porque mucha gente utiliza descongestivos nasales para destapar su nariz, pero estos productos son contraproducentes porque provocan alteración en la funcionalidad de la nariz.
“También se presentan son los síntomas oculares; hay comezón en el ojo y por lo regular está rojo, y si los pacientes se exponen a un alérgeno, si se salen a lugares abiertos como bosques o praderas , van a tener inflamación o hinchazón”, añadió el especialista.
Para el tratamiento de rinitis alérgica, recomendó evitar exposición al alérgeno, así como no abrir ventanas, no hacer aseo en jardines, y procurar no hacer ejercicio al aire libre, y si lo hacen, que usen anteojos como protección.
Respecto al tratamiento farmacológico dijo que debe ser un tratamiento seguro como los anthistamínicos de nueva generación tanto para adultos como para niños, ya que estos tienen la ventaja que no provocan somnolencia y reducen la inflamación.
“Debido a la alta prevalencia de rinitis alérgica es muy importante hacer un diagnostico temprano, para evitar complicaciones, evitar que los pacientes se automediquen y por otro lado, no estigmatizar que un paciente alérgico es un paciente que no puede realizar una calidad de vida con un tratamiento, ya que puede hacer una vida normal como cualquier persona”, concluyó el doctor Héctor Aguirre Mariscal.