Cd. de México.-
Los nuevos juguetes de los niños, basados en moderna tecnología, no son malos para ellos ni peores que los juguetes tradicionales, simplemente hay que acompañar a los menores de edad en los procesos creativos, opinan los expertos.
Luis González, especialista en tecnología de consumo, redes sociales y videojuegos, opina que cuando comenzó el siglo XXI la opinión pública pensaba que los niños no querían juguetes convencionales porque preferían la modernidad, pero el problema más bien era que empezaron a perder el valor de la convivencia familiar.
Dijo que una alternativa para contrarrestar el uso de dispositivos electrónicos es dar objetos que desarrollen las habilidades de los niños, como una pelota, un cuaderno para iluminar o una hoja de papel para ofrecer diversidad en sus actividades lúdicas.
“No es que a los niños se les enseñe la tecnología, simplemente ya viven con eso. A la edad de uno, dos, tres años, todo es imitación y están aprendiendo a seguir un rol, en este caso de sus papás. Son tendencias que se repiten. Sí aprenden de la tecnología, pero influye mucho lo que sus papás están haciendo con ella”, afirma.
Por lo tanto, el uso de electrónicos no limita la convivencia de los niños con su entorno, como se afirmó en el pasado. De hecho, esto puede y tiene que fortalecer la relación entre padres e hijos.
“Como papás no hay que tenerle miedo a la tecnología. Muchas veces serán los niños quienes nos expliquen, se acerquen con toda la confianza y les digan ‘Oye, ¿qué estás haciendo? Cuéntame”, agregó Luis.
Miguel A. Martín González, directivo de la Asociación Mexicana del Juguete (AMIJU), afirma: “Como los niños siempre han estado encerrados o sujetos a tener aparatos, es lo que conocen y es lo que siempre hacen”.
Los expertos recomiendan que la edad mínima para obsequiarle un gadget a los niños es a los 12 años y con varias restricciones como ponerles contraseña para evitar ser víctima de delitos cibernéticos si se conectan a internet. También para desbloquearlo y dejar claros sus límites, sea para el tiempo que lo utilicen, y en qué lugares pueden o no usarlo. Según los especialistas, para los padres debe ser muy importante dejar claro que el dispositivo es un reconocimiento por buenos comportamientos, calificaciones, no por querer complacerlos.
Miguel del Río, jefe de la carrera de Pedagogía de la Facultad de Estudios Superiores Aragón de la UNAM, reitera: “La actividad lúdica es determinante para el desarrollo del ser humano”, y explica que es porque ayuda a socializar y facilitar habilidades cognitivas a partir de los momentos que se comparten en familia y amigos. Los juguetes ayudan a crear, desarrollar habilidades, potencializar la inteligencia y a divertirse.
Es ahí donde el valor del juego, al final radica en propiciar la convivencia entre padres e hijos, entre niños y adultos: “El juguete no es tan importante, lo importante es la familia cuando convive. Habría que preguntarnos nuestra finalidad como padres y cuál es el objeto de estar aquí. Es bien importante rescatar el valor del juego, aunque sea 10 minutos”.
Del Río señaló que, en efecto, los niños se han comenzado a aislar por el uso de gadgets; sin embargo, por la falta de supervisión de los padres, la tecnología se podría convertir en un problema serio. El niño determina qué y cómo jugarlo porque son sus fantasías, aunque el padre quiera obligarlos a un patrón que tenga establecido”, señala Martín González.
Del Río coincidió con esta afirmación: “Un juguete puede ser un instrumento creado y diseñado para tal efecto, pero cualquier objeto en determinadas circunstancias puede volverse un juguete. En ese sentido se dispersa la imaginación en el niño”.