Matamoros, Tamps. / Abril 18.-
Decepcionadas por la falta de atención a sus denuncias por parte de las autoridades, familias provenientes de varios estados gastan sus ahorros para indagar por su cuenta el paradero de sus seres queridos y piden al presidente Felipe Calderón que capture a los verdaderos responsables de la masacre en San Fernando.
María Luna González, de 52 años y originaria de Monterrey, Nuevo León, aseguró que su hijo desapareció desde el 26 de junio de 2010, cuando viajaba de Matamoros a Monterrey y, de acuerdo con sus investigaciones, fue bajado por hombres armados en el tramo China-Cadereyta.
Destacó que las autoridades de justicia de Nuevo León no le hacen caso y las de Tamaulipas, menos.
Afirmó que la búsqueda de su hijo le ha dejado muchos sin sabores, incluyendo su divorcio y la pérdida de su empleo, “pero todo eso no importa con tal de encontrar a mi hijo, no me importa si ya está muerto, lo que quiero es encontrarlo”.
Arturo Román, originario del Distrito Federal, tuvo que vender sus camiones de mudanzas para tratar de localizar a sus hijos Natanael Arturo y Josué Axel, desaparecidos el 25 de agosto de 2010 en un restaurante de San Fernando.
Rocío Salazar, acompañada por otras cuatro familias, todas originarias de Matamoros, también buscan a sus vástagos, cinco jovencitos que el 30 de junio de 2010 salieron a pescar a una laguna ubicada en el sur del estado y al cruzar por San Fernando desparecieron.
Dijo que hasta hoy, ella y las otras familias no han tenido ningún tipo de ayuda ni respuesta de las autoridades tamaulipecas, por lo que han recorrido varios municipios buscando a sus hijos por cuenta propia.
Reveló que el automóvil en que viajaban estaba abandonado en una gasolinera de San Fernando y testigos aseguran que fueron unos hombres vestidos de militares los que se los llevaron.
“Ya los buscamos en la PGR de Reynosa, en la de Matamoros, en la SIEDO de la capital del país y nada”.
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