Miles de kilómetros viajan los migrantes de Cuba para llegar a la frontera de Estados Unidos. Detenidos por un atasco burocrático la gran mayoría pernocta en albergues mexicanos, desde donde ven a la distancia lo que para ellos es la “tierra prometida”.
Reynosa, Tam.-
Roger Rodríguez Pavón es originario de Las Tunas, una localidad localizada a 700 kilómetros de La Habana. Abandonó su tierra natal abrumado por las injusticias y la pobreza.
“Allá en Cuba si uno mata una vaca te meten preso, o sea que vale más una vaca que un ser humano. A un ser humano lo matan y lo que echan son cinco años o seis, pero si matas una vaca te meten (a la cárcel 30) años. Las vacas en Cuba tienen más derechos y valor que una personas”, describió.
Comentó que todo lo que se produce en las actividades agropecuarias hay que reportarlas a su gobierno, por lo que para los habitantes de la isla aspirar a tener una vida de calidad es prácticamente imposible.
“Los que viven bien en Cuba son los jefes. Los Castro, el presidente nuevo que quedó (Miguel Díaz–Canel) que es un títere con cabeza que pusieron ahí”, agregó desde el refugio Senda de Vida en Reynosa.
DESPLAZADOS POR EL HAMBRE
Aseguró Roger que la situación en su país es incluso peor de la época en la que gobernó Fidel Castro y asegura que ya no están dando visas, siendo él de los últimos que han logrado escapar.
De Cuba a Guyana el pasaje le costó a su familia mil dólares, una cantidad que para este chofer de transporte de turistas es una fortuna.
“Yo al mes no llegaba a 30 dólares (unos 540 pesos). El mes completo trabajando, yendo a La Habana cinco veces, que eran mil 400 kilómetros ida y vuelta, más lo que caminaba”, comparó.
–¿Qué cosas que no había comido en Cuba vino a probar aquí o a conocer?
“Bueno acá he comido la carne de vaca a toda hora, mmm es deliciosa. En Panamá en el campamento donde estábamos llevaron una vaca y la mataron. Nosotros los cubanos decíamos, ¡eso no se puede matar! La policía que ahí estaba dijo, eso es allá en Cuba. Una libra de carne de Vaca en La Habana está como en cinco dólares”, relató Roger.
Reconoce que sus compatriotas en México cuando van a los centros comerciales se alegran por las cosas que pueden comprar.
“Se emocionan porque en Cuba nunca lo hemos hecho. En Cuba no hay ni carritos”, explicó.
MIGRANTES QUE LUCHAN POR UN SUEÑO
A solamente unos metros del río Bravo, que los separa de Estados Unidos para Roger Rodríguez Pavón entrar a la Unión Americana podría ser una experiencia total.
“Cuando lleguemos ahí será un cambio. Es como volver a nacer”, dijo.
–¿Cómo decirle al cerebro humano que pueda digerir todo este cambio, de no tener nada a mucho y no volverse loco?
“Es fuerte, es duro ¿cómo explicarlo?, porque cuando uno caiga a Estados Unidos el cambio será brusco. Yo en Cuba no llegaba a 30 dólares al mes. Y cuando llegas a Estados Unidos y veas que son 100 dólares que tú lo coges en una semana, en un día, es capaz que me da un infarto y no lo pueda ni disfrutar”, dijo Roger ante las risas de sus compañeros de viaje.
La esperanza de este hombre de 47 años se centra en que el gobierno estadounidense le otorgue una visa humanitaria, comenzar una nueva vida y mantener en los recuerdos las anécdotas de su peligrosa travesía viajando por países como Guyana, Brasil, Colombia, la selva en Panamá, los países de Centroamérica y México, así como el pasado de miseria y dolor que está dejando en su natal Cuba.