Reynosa, Tam.-
Una palmera en el centro de la ciudad llama la atención por tener una pequeña cerca que ya se integró a sus raíces, prácticamente la “devoró”.
El árbol se encuentra en una esquina de calles Zaragoza y Canales, cerca de la Casa de la Cultura y por su grosor debe tener más de 50 años en el lugar.
Las palmeras, de origen árabe, llegan a crecer hasta 10 metros respecto al tronco, con una profundidad de 5, aunque por lo general no pasan de 2 metros. Son resistentes al clima árido de la frontera.
Un vecino del lugar dijo que tatuarse una palmera, en algunas ideologías significa vida, energía, el jardín del paraíso o incluso a Dios y a su sabiduría.
Podar su raíz en las circunstancias en que se encuentra, podría dañar la palmera, por lo que no se ha hecho y Servicios Primarios del municipio ha optado por dejarla de esta manera. (con información de Braulio Hernández).