En promedio cada día son repatriados cien migrantes por Reynosa, pero esta cifra no corresponde a las deportaciones masivas anunciada
Reynosa, Tam.-
Ya sea por la noche, la mañana o de tarde, diariamente grupos de indocumentados mexicanos son dejados en el puente internacional de Reynosa–Hidalgo, devueltos a México por causas simples y también por delitos cometidos en Estados Unidos.
Son encaminados del puerto fronterizo a un recinto aledaño del Instituto Tamaulipeco para los Migrantes (ITM). Ahí los documentan y reciben apoyo para que puedan tomar un autobús de regreso a sus lugares de origen.
Durante el mes de marzo todos los migrantes que están llegando repatriados por Reynosa proceden de ciudades cercanas a la frontera de Texas, mientras que quienes fueron arrestados más lejos son dejados en los cruces internacionales de Nuevo Laredo y Matamoros.
En ese periodo la cifra de deportados desciende levemente y en abril este plan de repatriaciones de connacionales es intercambiado.
Todos vienen vestidos con su ropa convencional, a excepción de quienes cumplieron alguna condena en cárceles norteamericanas, que lucen uniformados con tenis, pans y sudadera de un mismo color.
Un porcentaje importante decide quedarse en Reynosa, pero en los albergues les brindan charlas para que eviten retornar a la Unión Americana.
Hace algunos días en el programa Cuarto de Guerra, Edith Hinojosa, de la Casa del Migrante mencionó lo siguiente:
“Nunca más vamos a promover el que ellos vayan a Estados Unidos; al contrario, les hacemos ver a través de pláticas que a ellos no los están esperando allá con pancartas de bienvenida.
“Les ponemos los testimonios de otros migrantes para que sepan a lo que se van a exponer, que pueden quedarse ahogados en el río, que pueden ser violentados sus derechos humanos y todo eso se lo hacemos ver”, dijo.
Irónicamente esta es la manera en la que los indocumentados mexicanos cruzan el puente internacional, sólo cuando vienen deportados, aunque muchos otros ya lo están haciendo por cuenta propia, pues el trabajo para los hispanos en el vecino país cada vez es más complicado si no tienen un documento de estadía legítima.
Mientras tanto, los deportados de Trump aún no atestan los refugios de la frontera, pero es una amenaza que se respira en el ambiente.