México, D.F.-
Al fijar su postura frente a la toma de protesta de Enrique Peña Nieto, los partidos de izquierda Movimiento Ciudadano y del Trabajo (PT) cuestionaron la legitimidad del nuevo gobierno; en tanto, Nueva Alianza aseguró que serán oposición responsable, pero no incondicionales.
El coordinador de Movimiento Ciudadano en la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal, afirmó que la asunción de Peña Nieto significa el regreso al pasado.
En tribuna, dijo que concluyó un “gobierno espurio y comienza la pesadilla de la imposición y la ilegitimidad”. Resumió: “Se inicia en el país la restauración, la vuelta al pasado, el regreso en U”.
Criticó que se usó la fuerza del Estado para reprimir a los jóvenes que se manifestaban a las afueras de San Lázaro e, incluso, afirmó que un joven de nombre Carlos Valdivia había muerto, lo que resultó erróneo.
El diputado del PT, Ricardo Cantú, señaló que el nuevo gobierno es ilegítimo de origen. Aseguró que quien fuera candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y que obtuvo el triunfo no ganó la elección, “la compró”.
Subrayó que en todo el país el voto se compró con la entrega de monederos emitidos por diferentes empresas privadas, lo que constituyó una aportación ilegal a los partidos y al candidato.
“El gobierno que hoy inicia será representante de los poderes fácticos en la titularidad del Poder Ejecutivo. Su actuación corresponderá a la defensa de los intereses económicos que lo llevaron a la Presidencia de la República y no al interés superior del pueblo de México”.
Al fijar la posición del Partido Nueva Alianza, Lucila Garfias indicó que los aliancistas no comprometerán su lealtad con ninguna otra organización política y serán una oposición responsable.
La incondicionalidad, dijo la coordinadora del Panal, es impensable en los tiempos actuales, por ello es que Panal asume sin cortapisas la responsabilidad y el reto de ser una voz que propone y un actor que escucha.
Señaló que México necesita cambio y crecimiento.
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