Monterrey, NL.-
Si de comer se trata, en la visita a la basílica de la Virgen de Guadalupe, los feligreses no pueden irse sin probar los suculentos y crujientes churros de harina con azúcar y un toque de canela, para acompañar tan delicioso manjar tampoco puede faltar el tradicional champurrado, coincidieron decenas de creyentes entrevistados en una visita de Hora Cero al santuario de la ‘Morenita del Tepeyac”.
Lo que concordó con el testimonio de don Luis, quien a pesar de ser un vendedor de caramelos, dijo que el 90 por ciento de la venta de comida se debe al consumo de los churros, según le expresan sus compañeros locatarios.
“Lo que más se vende es el churro”, dijo.
“Pero de harina”, agregó entre risas.
Señaló que luego de ese producto, la gente busca los caramelos, buñuelos, el pan de pulque y los elotes en cualquiera de sus versiones: hervido, asado o dorado.
“También se vende mucho el algodón de azúcar, ese le encanta a los ‘chiquillos'”, platicó.
Los locales más tradicionales de churros son los que se encuentran en las esquinas de Jalisco y Juan Pablo II (antes castelar), sin embargo el tiempo en la fila para adquirir el postre, asciende a más de media hora, en promedio.
“Si hablamos de comida salada lo que más se vende son los tamales, enchiladas, flautas y gorditas”, aclaró.
En la visita a la casa de la ‘Guadalupana’ también es un deleite observar la venta de ollas de peltre y cobertores, pero esa es otra historia.