Cuidad de México.-
Los hijos Gladis Giovana y Mario Alberto, acusados por el presunto secuestro y feminicidio de la pequeña Fátima, presentaron signos de abandono, así como de perturbación y tocamientos sexuales.
Luego de que a los tres niños les fueran practicados diversos exámenes físicos y psicológicos todo indica que Mario Alberto los obligaba a ver y a hacer cosas de índole sexual en contra de su voluntad.
Actualmente los menores quedaron quedaron en la custodia de su abuela paterna, demás
están bajo el resguardo de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, la Secretaría de las Mujeres y el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) están atentos a su situación.
Cabe recordar que, Gladis Giovana confesó a Irma Reyes, tía de su esposo, que Mario Alberto quería a una niña como novia y le pidió un “regalito” (Fátima), a cambio de no abusar de sus hijas.
Acusados solicitan vigilancia por temor
Gladis Giovana Cruz Hernández y Mario Alberto Reyes Nájera, presuntos asesinos de Fátima, solicitaron a las autoridades del Sistema Penitenciario capitalino vigilancia especial, porque han recibido amenazas asegurándoles que “tarde o temprano” les harán lo mismo que ellos le hicieron a la niña.
Luego de la imputación de los delitos de secuestro agravado y feminicidio, un juez del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Ciudad de México dio como plazo cuatro meses para el cierre de la investigación complementaria, tiempo en el cual Giovana y Mario permanecerán en prisión, mientras que peritos especializados y agentes de la Policía de Investigación (PDI) continúan recabando pruebas.
Los especialistas de la Fiscalía General de Justicia (FGJ) local siguen buscando el arma homicida, un cinturón, que según lo dicho por Giovana ella utilizó para estrangular a Fátima.
Mientras que los exámenes practicados al cuerpo de la niña y a Mario confirmaron que él la agredió sexualmente y, según lo asentado en la carpeta de investigación, terminó de estrangularla dentro de ese mismo domicilio.
En el expediente se detalla que él la envolvió en una lona blanca y, durante la noche, utilizó el mototaxi con el que trabajaba para tirarla en el predio baldío donde días después se encontró a la menor.
El acusado también dijo que Giovana aceptó participar y que ella recomendó dónde abandonar el cuerpo, pues con frecuencia utilizaba ese camino.