León, Gto.-
Son las seis de la mañana, el sol apenas se empieza a poner en el horizonte y tiñe el cielo de la ciudad con tonos violáceos y rosados; a pesar del frío otoñal, miles de personas ya se reúnen en torno a uno de los festivales de aerostación más importantes en todo el continente americano.
Las camionetas llevan a bordo a los pilotos y a sus equipos de al menos cinco personas, todos de diversos países. Poco a poco van llegando a la zona de despegue del Parque Metropolitano que los cobija con sus enormes áreas verdes, un cielo completamente despejado y una gran laguna como telón de este espectáculo.
Las personas que se dieron cita para el Festival Internacional del Globo León 2015 comienzan a preparar sus cámaras fotográficas, pues los pilotos ya comienzan a desmontar tanques de gas, las canastillas con sus enormes quemadores, así como gigantescos bultos de tela que muy pronto surcarán el cielo con sus formas y colorido particulares.
El capitán del globo número 122, Stuart Enloe, comienza a dirigir a su equipo integrado por sus dos hijos y cinco voluntarios mexicanos, quienes extienden el gran bulto de tela por todo el suelo, lo sujetan en su extremo inferior a la canastilla de pasajeros y lo llenan de aire, lentamente, con un gran ventilador.
El enorme pedazo de tela comienza a tomar la forma de un globo aerostático, debe medir al menos 20 metros de altura, es de color verde, blanco y rojo, “como la bandera mexicana”, señala uno de los integrantes del grupo de vuelo, y a un costado porta un logotipo de la Agencia de Noticias del Estado Mexicano (Notimex).
Cuando el globo ya está un poco más inflado, el capitán, proveniente de Atlanta, Georgia, Estados Unidos, enciende sus quemadores y comienza a lanzar una enorme llamarada de fuego al interior del globo, el cual se eleva lentamente hasta quedar en posición vertical, listo para el despegue.
“Hace muy buen tiempo para volar. Nuestro tiempo estimado en el aire será de 30 a 45 minutos, aproximadamente, espero que disfruten el recorrido. No se olviden de sujetarse fuertemente a la canastilla y al momento de aterrizar deben doblar ligeramente las rodillas para amortiguar el impacto”, comenta Stuart.
Aunque el despegue es completamente suave, la altura poco a poco se va incrementando hasta llegar a los dos mil 500 pies (762 metros, aproximadamente), desde donde se pueden admirar los casi 200 globos, algunos apenas despegando y otros ya en pleno vuelo, con figuras de Angry Birds, Bob Esponja y Star Wars, entre muchas otras.
El capitán cuenta que ya tiene alrededor de 10 años volando globos aerostáticos y cinco ediciones en el Festival Internacional del Globo, el cual, a su parecer, “es el mejor de todo el mundo porque la gente es muy amable y se siente una gran calidez cuando uno llega a este lugar”.
A esa altura el paisaje es impresionante y el sol ya casi ha salido por completo. En la lejanía la neblina rodea algunas montañas y aunque hace bastante frío, casi no se siente debido a la gran llamarada de fuego que lanzan los quemadores del globo.
Ya con más confianza, el capitán comenta que para despegar un artefacto como estos no se requiere de gran capacitación, pues “incluso yo puedo hacerlo”, y aunque puede ser un placer bastante caro, pues un globo llega a costar 50 mil dólares, gusta de compartir este tipo de experiencias con su familia.
Tras media hora de vuelo, Stuart busca un buen lugar para aterrizar: el patio de una enorme casa cerca de la zona llamada Gran Jardín. Los habitantes de dicho hogar se acercan y saludan a la tripulación, se toman fotos con el globo e incluso ayudan a aterrizar a otro capitán que también busca dónde anclar su aeronave.
Stuart se comunica con su equipo a través de un walkie talkie para darle su ubicación y unos minutos más tarde llegan las camionetas, en muy poco tiempo desinflan el globo, lo vuelven a enrollar y colocar en la parte trasera del vehículo, junto con los demás elementos del globo.
De regreso al Parque Metropolitano, los niños se acercan a la camioneta y gritan “candy”, Stuart abre su mochila y saca una bolsa llena de dulces que comienza a arrojar a los pequeños, quienes sonríen, le dan las gracias y corren unos cuantos metros detrás de la camioneta.
En la zona de despegue, el capitán se despide de todos y el grupo se dispersa poco a poco para seguir disfrutando de las actividades del festival, que concluirá el próximo lunes 16 de noviembre, y que contará con la participación de grupos como La Maldita Vecindad y Banda la Trakalosa, entre otros atractivos.
Discussion about this post