México, D.F. / Marzo 31.-
En las marquesinas teatrales en México se han podido leer títulos de obras como “Cats”, “Jesucristo superestrella”, “El fantasma de la ópera” y, más recientemente, “Pájaro negro”, “El coleccionista”, “Bajo cero” y “El knack”. Todas ellas son de autores ingleses y, sin importar que el contexto sea totalmente europeo, han tenido temporadas exitosas en el país.
El ejemplo más contundente es “La dama de negro”, la cual tiene 17 años ininterrumpidos de llevar al espectador al pánico total. Antonio Calvo, productor de la obra, piensa que la aceptación que la obra ha tenido entre le público mexicano durante todo este tiempo se debe a que compartimos un factor importante con el inglés: la superstición: “Así como en México tenemos toda esta cuestión y el gusto por el fantasma, la leyenda, ‘La Llorona’, los ingleses también tienen mucho de eso”, por lo que piensa que esta clase de afinidades hacen que el teatro inglés funcione bien aquí.
Calvo explica que nunca ha sido algo tan planeado traer esta clase de montajes porque, en colaboración con Rafael Perrín, han presentado aquello que les ha gustado, y por coincidencia ha sido de origen británico.
El productor considera que Londres sigue estando en la delantera en el mundo teatral porque se atreve a experimentar con géneros y autores, algo que no pasa en Broadway. “Desde Shakespeare, el teatro inglés ha sido la vanguardia teatral”, comenta Calvo.
En este punto concuerda con él, la actriz Vanessa Bauche, quien considera a Inglaterra como la cuna de la dramaturgia, “claro está, después de los griegos”, aclara.
Ella fue la primera actriz latinoamericana en hacer teatro en el Royal Court Theatre de Londres, uno de los recintos más importantes para la dramaturgia, con una obra de Edgar Chías, “De insomnio y medianoche”.
El productor Claudio Carrera, quien hace poco llevó a escena el thriller “Juegos siniestros”, y que estrenará el 15 de abril la comedia inglesa “Cock”, con Diego Luna y José María Yazpik como protagonistas; explica que en Inglaterra el teatro no musical sigue teniendo mayor importancia, porque a diferencia de las capitales teatrales de Estados Unidos, su éxito no depende de que haya una figura reconocida en su elenco, sino del texto, la dirección y el montaje, lo que permite que exista una mayor oferta teatral.
Europeas o estadounidenses
“Si me preguntas dónde prefiero ir a ver qué se está haciendo en teatro, me gusta mucho más Londres que Broadway, siento que el teatro en Londres es mucho más vivo, mucho más de verdad”, explica Antonio Calvo, y comenta que tal vez esta sea una de las razones por las que nunca falta una obra inglesa en la cartelera mexicana.
Vanessa Bauche agrega que lo que hace tan atractiva esta clase de teatro es la construcción de los personajes y sus relaciones, que pueden llegar a ser bastante complejas.
Esto fue algo que la actriz vivió el año pasado cuando actuó en la puesta en escena Sólo quiero hacerte feliz, basada en el texto de Alan Ayckbourn, una trilogía en la que se desarrollaba la misma historia sobre un conflicto familiar, pero en tres escenarios distintos.
Además, las obras inglesas tocan temas oscuros, muchos de ellos abordados con un humor muy especial, lleno de ingenio que se aleja de la comedia light que regularmente se maneja en Norteamérica, comenta Calvo.
“Creo que en esto la cultura británica es mucho más cercana a la nuestra que la americana, el humor americano es muy para ellos, muy local, y el inglés se puede adaptar y llegar a ser muy afín a los mexicanos”, comenta Claudio Carrera, que montó “Festen”, una obra adaptada por ingleses.
Tanto Antonio Calvo como Claudio Carrera no se cierran a realizar teatro estadounidense, como tampoco de otras partes del mundo, lo que les interesa es que tengan una propuesta interesante.
En cuanto a los costos para adquirir los derechos de las obras, Carrera considera que son los mismos en ambos países, Inglaterra y EU, en eso no hay diferencia, al igual que otros requisitos que les piden antes de vendérselos, entre ellos contar con un historial respetable como productores.
Carrera comenta que un impedimento para ir a conocer y traer otra clase de dramaturgia es el idioma, ya que sería bastante difícil tratar de comprender una puesta en escena en su idioma original, por ejemplo en finlandés, si no tienen antes el libreto traducido al inglés.
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