Seattle, E.U. / Septiembre 15.-
Mariano Rivera está inscrito en la historia del beisbol y, mejor aún, superará la cifra mágica impuesta por Trevor Hoffman, de 601 salvamentos en Grandes Ligas. El panameño ya llegó a los 600 y lo hizo después de preservar la victoria de los Bombarderos del Bronx, ante Marineros de Seattle, por pizarra 3-2. Es su rescate número 41 en la temporada.
El martes por la noche, casi entrados los primeros segundos de la madrugada del miércoles, el cerrador estrella de Yanquis de Nueva York subió al montículo como relevo de David Robertson. Realizó algunos lanzamientos para colocar la pelota y fue al encuentro con la historia, a protagonizar uno de los episodios recientes con mayor emoción en las Mayores.
El pizarrón, 3-2, favorable para su equipo era un claro llamado a Mariano. Rivera apretó los dientes tanto como apretó el brazo para ejecutar el pitcheo estrella de su repertorio, la recta cortada, el arma letal con la que domina a todo bateador.
Sin contratiempos, ponchó a Wily Mo Peña. Después apareció en la caja de bateo Ichiro Suzuki, quien llegó a la inicial después de conectar un sencillo al jardín izquierdo. Mariano no se permitió aspavientos, seguro de contener el daño. Controlado, el panameño recetó el segundo chocolate de la noche, retiró a Kyle Seager y la emoción fue en aumento en el parque, aunque no fuera el de Yanquis. Tomó turno en la caja Dustin Ackley, el umpire ya había cantado dos bolas. Suzuki intentó robarse la segunda almohadilla, el catcher Russell Martin envió la pelota a Derek Jeter y éste retiró al japonés Suzuki. La novena trabajó el último inning con total respaldo para su cerrador, quien, con una sonrisa, recibió las felicitaciones de sus compañeros.
“No depende de mí, depende todo el equipo. Esto es algo colectivo”, aseguró Mariano. “No soy ese tipo de persona. Lo primero es el equipo, no me cansaré de decirlo, esto depende de mis compañeros que me dan la oportunidad de poder lanzar”.
Mariano Rivera necesitó apenas 15 pitcheos para bajar el telón, ocho de ellos, los colocó en zona de strike. Sumó su rescate 41 de la campaña y, en cuestión de días, será el más grande taponero en toda la historia de las Grandes Ligas.
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