México, D.F. / Abril 4.-
Al dictador chileno Augusto Pinochet se le verá confesándose con un sacerdote, en la nueva película que prepara el realizador andino Pablo Larraín, reveló el actor Alfredo Castro, conocido en México por protagonizar las cintas “Tony Manero” y “Postmortem”, producción última con la que obtuvo el premio a Mejor Actor de la Sección Iberoamericana en el recién concluido Festival Internacional de Cine en Guadalajara.
“Apenas se está escribiendo la nueva película que cerraría esta trilogía que hemos hecho Pablo y yo. No tiene título, pero es el momento en que Pinochet pierde el plebiscito entre la ciudadanía y comienza la democracia. Yo soy el sacerdote con el que va a confesarse”, explica.
Castro toma el teléfono desde una calurosa ciudad de Santiago, Chile. Hace unos días hubo un pequeño temblor, pero las cosas están tranquilas, dice.
Relata que la tarde del viernes, cuando se enteró de los premios obtenido en Guadalajara, se emocionó. Después de todo la película se había llevado, además del galardón de Mejor Actor, las estatuillas a Mejor Película y a Mejor Fotografía.
Se encontraba grabando una teleserie y, serio como es, prefirió no decirles nada a sus compañeros sino hasta que los medios de comunicación dieran a conocer la noticia de los premios.
“Tenía memorizado el terror”
En “Postmortem” interpreta a un hombre que trabaja en la morgue como escribano responsable de redactar los reportes de las necropsias realizadas. Entonces llega el Golpe de Estado a Salvador Allende en 1973 y su percepción de la vida cambia.
“Tuvimos la oportunidad de tener reuniones con gente que trabajó en los servicios médicos forenses de esa época. El hijo del hombre que interpreto está vivo y también realiza autopsias, por lo tanto tuve trato directo. Pero aún siendo una ficción sustentada en la realidad, la imitación del personaje no me servía mucho”.
“Yo tenía 16 años cuando fue el golpe militar, estaba en la secundaria y eso me sirvió mucho. El hecho de haber vivido eso hacía que tuviera memorizado en mi cuerpo el terror en ese entonces, la desidia de cierto tipo de personas, porque finalmente mi personaje es de alguien que no siente mucho vínculo con lo que pasaba entonces y luego cambia de opinión”, detalla el intérprete.
“Postmortem” llegaría a salas mexicanas antes de concluir la primera mitad de este año. Se ha presentado en festivales como el de Venecia, donde la gente quedaba prendada de la historia.
Castro, uno de los actores más reconocidos en su país, tiene una escuela de teatro en cuya oficina permanecen sus premios, al que se sumará el obtenido en el certamen tapatío.
Mirada épica sobre la historia de Chile
“Postmortem” (2010) es la tercera ocasión en que Alfredo Castro ha participado en filmes del director chileno Pablo Larraín. Antes ya lo había hecho en películas como “Tony Manero” (2008) y “Fuga” (2006), ganadora del premio a Mejor Ópera Prima en el Festival Internacional de Cine de Cartagena 2007, así como a Mejor Película en el Festival de Málaga de Cine Español del mismo año.
“Creo que directores jóvenes como Pablo han hecho películas que vale la pena ver, no solamente de cosas dolorosas en Chile, sino en varios países. En “Postmortem”, se pone en juego una mirada épica sobre nuestra historia que se supone pretende olvidarse, pero no lo es, se está recuperando la historia sangrienta”, concluye el actor chileno.
Larraín, además de director y guionista, productor (La vida me mata y Grado 3) estudió comunicación audiovisual en la Universidad de Artes, Ciencias y Comunicación (Uniacc) en Santiago, Chile. Ha ganado numerosos premios entre ellos el de Mejor Película (Tony Manero) en el Festival Internacional de Turín (2008).
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