EDINBURG, TEX.- Al mismo tiempo que la oficina de Mariscales (Fire Marshal) está intentando colaborar con la policía en los atentados que sufrieron dos instituciones religiosas en el área del Condado de Hidalgo, Texas, diversas corporaciones de seguridad han tomado muy en serio el caso de un par de siniestros que, de acuerdo con las autoridades, son insólitos para dicha región de la Unión Americana.
Después de que elementos adscritos a esta jurisdicción respondieron a las emergencias que –alrededor las 6:00 horas de la mañana del viernes– se presentaron en la Primera Iglesia Bautista de Hargill y en la de Nuestra Señora de Guadalupe, situadas sobre las avenidas Farm to Market 493 y Coach, respectivamente, todo parece indicar que varias personas habrían participado en el incidente.
Sin embargo, aún son conjeturas, ya que los detectives del Sheriff no encontraron equipo de video vigilancia en ninguna de las dos instalaciones religiosas que pudieran colaborar con las indagatorias y existen muy pocas pistas de quién o quienes perpetraron tal afrenta.
RESPUESTA OPORTUNA
En entrevista, Juan Martínez, jefe de bomberos del Condado de Hidalgo, manifestó que ambas iglesias notorios sufrieron daños a causa de incendios intencionales, pero las llamas lograron controlarse sin que resultara ninguna persona herida.
“Quebraron las ventanas, al parecer rociaron con gasolina estos lugares y les prendieron fuego. Los templos no se quemaron en su totalidad, gracias a que los bomberos del Condado y del poblado vecino de Monte Alto actuaron con eficacia”, informó.
La noticia comenzó a divulgarse en medios texanos en el transcurso de la mañana de ayer y se cree que los atacantes emplearon solventes para quemar las iglesias sin un motivo aparente, por lo que podría tratarse de vandalismo, aunque tampoco se descarta que existan causas religiosas detrás de esta agresión.
De hecho, la oficina del Sheriff de Hidalgo reconoció que existe una recompensa para quien aporte datos que ayuden a dar con los responsables de este delito. La comunidad sólo debe comunicarse a la línea contra el crimen (956) 387- 8477.
Por lo pronto se evalúan los daños de las iglesias y los servicios religiosos no podrán llevarse a cabo por semanas, por el mal estado en que quedó la infraestructura.
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