México, D.F. / Ene. 23
La llegada de Barack Obama a la Casa Blanca y el cambio en Washington podrían conducir a la salida del poder del presidente de Afganistán, Hamid Karzai, publicó hoy el diario británico The Independent.
El apoyo internacional a Karzai, quien fue alguna vez apreciado en Occidente, ha disminuido espectacularmente entre, el aumento de la violencia, la constante corrupción y su débil mando, indicó.
Hasta hace poco los diplomáticos insistían en que no había alternativas viables, aún cuando la lucha se ha intensificado y la insurgencia del movimiento islámico fundamentalista Talibán en el sur afgano ha crecido.
Sin embargo, cuatro figuras clave que creyeron haber dasafiado a Karzai han llegado a Washington para reunirse con funcionarios de la administración Obama esta semana.
El rotativo señaló que ahora hay pláticas de un “boleto de sueño” que vería a diferentes grupos étnicos unidos para arrebatar el control a Karzai.
“Los estadunidenses no van a determinar el resultado de la elección, pero podrían sugerir a la gente que deje sus diferencias de lado y formen un boleto de sueño”, comentó un analista especializado estadunidense en Kabul citado por The Independent.
El diario señaló que Obama ha empezado a lidiar con el desafío de Afganistán. Recibió un informe del general David Petraeus, comandante de las fuerzas estadunidenses en Afganistán y Pakistán, el miércoles, su primer día completo en la Oficina Oval.
El jueves designó al veterano diplomático estadunidense Richard Holbrook como su nuevo enviado especial para Afganistán y Pakistán, precisó el rotativo.
En Washington llegaron Abdullah Abdullah, ex ministro afgano de Asuntos Exteriores, Ashraf Ghani, ex ministro de Finanzas, Ali Ahmad Jalali, ex ministro del Interior, y Gul Agha Sherzai actual gobernador de la provincia oriental de Nangahar.
Cuando Obama visitó Afganistán en julio, se reunió con el gobernador Sherzai en Jalalabad, aún antes de que viera al presidente Karzai en Kabul.
De acuerdo con el diario, John Dempsey, jefe del Instituto de Paz de los Estados Unidos en Kabul, aseveró que el entrante gobierno no va “a ciegas atrás del presidente Karzai como la administración Bush hizo por largo tiempo”.
Los funcionarios de Karzai esperaban que Hillary Clinton, ahora secretaria de Estado estadunidense, se mostraría como su aliada en la Casa Blanca.
Pero sus esperanzas se rompieron la semana pasada, cuando señaló durante sus sesiones senatoriales de confirmación a Afganistán como “un narco-estado” con un gobierno “plagado por la limitada capacidad y la extendida corrupción”, durante su confirmación al cargo.
Los comentarios de Clinton coincidieron con la crítica del secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jaap de Hoop Scheffer, quien dijo que el gobierno corrupto e ineficiente ha sido tan culpable de la inestabilidad como los insurgentes.
Individualmente, los rivales de Karzai se arriesgan a dividir su base de apoyo, pero muestran su optimismo de ganar la elección presidencial, que se espera para el próximo verano, y revigorizar a la población cansada.
“Necesitamos crear un nuevo ímpetu, como en 2001”, dijo el cofundador del Centro de Investigación y Estudios de Política de Afganistán, Haroun Mir.
“El cambio traerá la esperanza, porque justo ahora el ímpetu es con el Talibán”, finalizó.
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