Washington, E.U.-
El gobierno de Estados Unidos rechazó aceptar algún tipo de culpa o mala praxis en la muerte de una niña guatemalteca de siete años en manos de la Patrulla Fronteriza, tras ser detenida al cruzar la frontera sin documentos. Al contrario, responsabilizó de la tragedia a los migrantes.
La secretaria de Seguridad Nacional (DHS) de EU, Kirstjen Nielsen, dijo que el suceso es “un ejemplo muy triste de los peligros de este viaje”, sin hacer autocrítica de posibles fallas en el tratamiento de sus agentes en la frontera.
La administración estadounidense confirmó que la noche del 6 de diciembre una menor guatemalteca murió mientras estaba en custodia de los agentes fronterizos, tras sufrir una serie de convulsiones y fiebre de 41 grados. La niña, detenida junto a su padre y un grupo de migrantes en el desierto de Nuevo México, no había comido ni bebido en “varios días”. Los análisis concluyeron que murió de deshidratación y exhausta por el viaje.
Funcionarios del gobierno guatemalteco identificaron a la niña como Jackeline Caal. Su padre fue identificado como Nery Caal, de 29 años.