CD. DEL VATICANO.- En una solemne ceremonia celebrada en la Basílica de San Pedro, a la cual asistieron todos los purpurados que participaron en el consistorio extraordinario que tuvo lugar el jueves y viernes pasados, el Papa Francisco invistió a 20 nuevos cardenales de diversas partes del mundo, entre los cuales estaba el mexicano Alberto Suárez Inda, arzobispo de Morelia, Michoacán.
Durante su homilía el Papa explicó a los nuevos cardenales que “es ciertamente una dignidad, pero no honorífica” y que la palabra “cardenal no es algo accesorio”, sino el “perno, el punto de apoyo y del movimiento esencial para la vida de la comunidad”.
El pontífice les recordó que quien es llamado a servir en el gobierno de la Iglesia “debe tener un fuerte sentido de la justicia” y advirtió a los nuevos 15 electores y cinco no electores que “el rencor no es aceptable en un hombre de la Iglesia”.
En San Pedro se encontraban presentes sólo 19 de los 20 nuevos cardenales, porque el arzobispo de Colombia, José de Jesús Pimiento Rodríguez, faltó por problemas de salud.
Con los nombramientos, Francisco quiso dotar de cardenales a regiones del mundo donde los católicos son una minoría o donde nunca habían tenido uno, para dar continuidad a uno de los grandes objetivos de su pontificado: hacer universal el gobierno de la Iglesia.
En esta óptica, reforzó el área Asia-Oceanía al nombrar cardenales en Tonga, Nueva Zelandia, Vietnam y Tailandia; en África a países como Cabo Verde y Etiopía y en América Latina a México, Panamá y Uruguay (también nombró a un colombiano y un argentino, pero ninguno de los dos es elector en razón de su edad).
Sobre la posibilidad de que el pontífice visite México, recordó que la invitación está hecha, pero que éste no quiere dejar por periodos muy amplios Roma, pues el gobierno de la Iglesia le exige su presencia en el Vaticano.
Discussion about this post