Enero 20
Kurt Warner ha visto las épocas más oscuras, y ha encontrado el camino hacia la luz y también a la gloria.
Y lo ha hecho dos veces. Hace una década, Warner tomó por asalto la NFL, y solamente un año después estaba en la cima, con sus premios de Jugador Más Valioso de campaña regular y del Super Bowl.
Esa mágica temporada de 1999 reveló el pasado de Warner, el empleado nocturno de minisuper, el pasador viajero de la Liga Arena y de la NFL Europa.
Ese pasado lo dejó atrás para convertirse en el quarterback más peligroso de su generación.
Y de repente, las lesiones, la baja de juego, la presión de un joven Marc Bulger y el desquebrajamiento del “Show más grande de la tierra sobre césped sintético”, lo pusieron en el limbo.
¿El sueño había terminado?
Una temporada infame en los Gigantes, donde perdió la titularidad ante un novato Eli Manning que sólo ganó uno de sus siete inicios, así lo indicaba.
Parecía el inicio del fin. Las épocas de gloria, los días del brazo de oro, y los premios a Jugador Más Valioso parecían haber quedado siglos atrás.
Ahora, Warner parecía volver en el tiempo a 1994, cuando recién egresado de Northern Iowa, se convirtió en coach asistente de su alma mater.
Ese parecía ser el papel que la NFL, la liga que revolucionó, le tenía reservado a Warner. Tutelaje para inexpertos.
Fue por ese motivo que llegó a Arizona en 2005, para guiar al joven Josh McCown, quien terminó quitándole el trabajo tras apenas cuatro inicios.
Resignado a su nuevo papel, Warner, ya de 35 años, renovó por tres temporadas con Arizona, para llevar de la mano en su primera campaña al laureado novato Matt Leinart.
Una vez más, la ironía llamó a la puerta de Warner, pues fue Leinart quien tomó su lugar en la semana cinco de la campaña, debido a la baja de juego.
El destino estaba sellado.
Una temporada después, la primera de Ken Whisenhunt al frente de los Cardenales, Leinart estaba destinado a brillar, y Warner a pasearse en las laterales con una libreta, y no un balón, en sus manos.
Sin embargo fue Leinart, y no el destino, quien le dio una segunda oportunidad al poseedor del tercer mejor rating de la historia, con su baja de juego.
Whisenhunt pasó gran parte de la campaña 2007 alternando a Leinart y Warner durante los juegos, en lo que fue otra decepcionante campaña en el desierto.
Todo cambió para Kurt Warner y los Cardenales, a partir de esta campaña.
Warner acalló a sus críticos que lo daban por muerto con sus 4 mil 583 yardas y la titularidad en el Pro Bowl.
Mientras que Arizona, gracias a la espectacular campaña de su veterano pasador, está en el primer Super Bowl de su historia.
Warner es un sobreviviente.
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