Torreón, Coah. / Feb. 23.-
La segunda victoria de Santos en el Clausura tuvo un gran toque de fortuna por parte de los jugadores laguneros, que aunque no han hecho el mejor partido del torneo, han salido del Corona con otros tres puntos en la bolsa.
Los Guerreros vencieron,2-0, a un Monterrey que controló el balón y el ritmo del partido durante más tiempo, aunque sin poder finalizar sus opciones en el marco de Oswaldo Sánchez.
El conjunto local aprovechó el nerviosismo mostrado por el arquero visitante, Jonathan Orozco, quien colaboró en el primer tanto lagunero, obra de Fernando Arce, quien al 5’ entró por la banda derecha y al observar al portero adelantado, levantó suave el esférico para el 1-0.
Orozco levantaría su actuación con un par de desviadas para dar mayor tranquilidad a sus compañeros, quienes se fueron al ataque en busca del la igualada. Sin embargo, los lances de Sánchez, así como algo de fortuna de los albiverdes, les impidieron conseguirlo a pesar de que los Rayados tuvieron más tiempo el esférico.
Los de casa apostaron por la velocidad del colombiano Darwin Quintero para tratar de finiquitar el partido en algún contragolpe. Pero sería en un tiro de esquina, en donde lograrían el segundo y definitivo.
Daniel Ludueña mandó su servicio a primer poste, en donde Juan Pablo Santiago (54’) remató oportuno.
El técnico rayado, Víctor Manuel Vucetich dio entrada a Humberto Suazo, pero el andino tuvo poco tiempo para buscar el descuento con todo y que los últimos minutos del partido se jugaron prácticamente en la meta de Sánchez, quien milagrosamente logró mantener el cero en su meta.
En el filo de su área técnica, Daniel Guzmán se comía las uñas al observar la manera en que su equipo era embestido por los desesperados regiomontanos, quienes pagaron caro la falta de contundencia en los momentos clave y vieron cortada una racha de tres partidos con victoria.
Por su parte, los laguneros lograron ganar dos de los tres encuentros de la llamada jornada doble, en lo que sus jugadores y cuerpo técnico calificaron como el repunte del equipo luego de un inicio de torneo flojo.
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