Monterrey, N.L.-
Miguel Mejía Barón agradeció la distinción de haber sido elegido para ser inmortalizado en el Salón de la Fama del Futbol Mexicano, pero dijo que no asistirá a la ceremonia a efectuarse en Pachuca en noviembre próximo, porque le da pena haber sido tomado en cuenta entre otros colegas con mayor merecimiento.
Antes de iniciar el entrenamiento del equipo Tigres, en una mañana lluviosa de este jueves 19 de abril, el odontólogo de profesión y ahora asistente de Ricardo “Tuca” Ferreti se detuvo antes de entrar al Estadio Universitario y al recibir la felicitación por la noticia que le llegó en su cumpleaños número 74 y que se esperaba lo entusiasmara a estas alturas de su carrera deportiva, atajó toda euforia con su característica modestia.
“No, hombre. No me esperaba este detalle que agradezco sinceramente, pero no está en mi modo de ser aceptar tal honor y he decidido no acudir al Salón de la Fama, no por otra razón sino porque no creo que tenga más mérito que haber sido lo que he sido y haber hecho lo que he hecho en el futbol”, dijo.
Mejía Barón nació el 17 de abril de 1944. Egresado de la UNAM como odontólogo, el futbol lo atrapó desde temprana edad y militó inicialmente con los Pumas de la capital mexicana hasta convertirse en entrenador del mismo equipo y ser campeón. Tras sus buenos resultados, fue contratado por los Rayados de Monterrey en 1991, pero en enero de 1992 el club regiomontano lo cedió al ser tomado en cuenta como director técnico de la Selección Mexicana, a la que dirigió en el Mundial de Estados Unidos en 1994.
Por su trayectoria exitosa, los representantes de medios nacionales informativos lo eligieron en las votaciones efectuadas en la sede de la Federación Mexicana de Futbol, tomando en cuenta una lista preliminar de nombres destacados en sesiones previas, a los que dio su aval el Comité de Honor del Salón de la Fama. Además emitieron su sufragio, desde su lugar de origen, 12 miembros de prensa de países europeos y 17 del resto del continente americano.
Héctor Miguel Zelada, ex portero refulgente en su tiempo con el América, y Fernando Bustos, ya fallecido pero siempre recordado en Cruz Azul, fueron los otros dos inmortales en este 2018.
Lo sorprendente de la decisión de Mejía Barón, que se le hizo ver en la entrevista a las puertas del Estadio Universitario, es que en 2017 presentó a su amigo Alberto García Aspe, como lo hizo también con Ricardo “Tuca” Ferreti en 2016. Solamente alzó sus hombros, sonrió y dijo que la decisión ya está tomada, porque le parece muy glamorosa la distinción.