México, D.F. / Marzo 20.-
El color del uniforme, la ciudad en la que vaya a vivir o el cómo lo califiquen los expertos, no tiene espacio en la mente de Mark Sánchez. Ese lugar está ocupado con una misión muy personal.
“Por este momento se trata de jugar el juego de la paciencia y estar preparado, centrado y trabajar duro para demostrar que soy el mejor”, señaló Sánchez. “He tratado de no pensar mucho en ello, porque creo que si intentas averiguar a dónde vas y en qué selección o a qué equipo, lo único que conseguirás es volverte loco”.
La sanidad la ha mantenido. También el enfoque y la sencillez. La determinación y competitividad las ha demostrado en muchas ocasiones, al grado que lamenta que solo él y Matt Stafford hayan sido los únicos pasadores de alto calibre en ser elegibles al draft.
Los dos últimos ganadores del Trofeo Heisman, Tim Tebow y Sam Bradford se quedaron un último año en la universidad, dejando los deseos del pasador de origen mexicano, en el aire.
“Yo pensaba que todos iríamos al draft y competiríamos todos contra todos. Estaba listo para hacerlo, sin importar quién decidiera ir al draft”, comentó vía telefónica.
Pero en el draft serán sólo él y Stafford, cara a cara, por el puesto como el mejor quarterback de su generación.
Es menos de un mes el que falta para conocer la conclusión de esa batalla. Y sin importar el ganador, Sánchez ya sabe qué esperar el próximo 25 de abril en Nueva York.
“Estoy emocionado con la oportunidad de ser seleccionado en la primera ronda”, comentó. “Estoy trabajando muy fuerte en estos momentos para demostrar que merezco ser seleccionado en la primera ronda”.
Y opciones en la primera ronda tiene de sobra. Nunca está de más un pasador de calidad para mejorar el plantel o darle profundidad a un equipo competitivo.
Siendo tan centrado como lo es Sánchez, una preferencia sobre la gorra que le gustaría recibir de manos del comisionado Roger Goodell el mes entrante.
Pero siendo tan orgulloso de sus raíces mexicanas, Sánchez no ocultó su preferencia por jugar en una comunidad hispana importante, tal vez San Francisco, Detroit o Nueva York.
“Eso sería grandioso”, dijo emocionado. “Porque la comunidad latina e hispana me han apoyado mucho y significa mucho para mi ser un embajador de ellos y por la NFL. Dejarles saber que agradezco mucho su apoyo”, dijo.
Sin importar el destino, algo es seguro para el ex pasador de los Troyanos de USC, no se arrepiente de la decisión de ausentarse de su último año de elegibilidad colegial para alcanzar su sueño.
“Yo sentí que este era el momento adecuado para mi, sin importar cuántos años restantes me quedaban de elegibilidad colegial. Es mi oportunidad de alcanzar el sueño de toda mi vida, de jugar en la NFL”, comentó Mark, quien el próximo 15 de mayo se graduará como licenciado en Comunicaciones.
Un año más como titular en uno de los programas más poderosos a nivel colegial, o un año o más rondando las laterales de la NFL sin tiempo de actividad. Sánchez está listo.
“Depende de la situación a la que llegue, pero me encantaría la oportunidad de jugar desde el comienzo”, admitió Sánchez, quien sigue atendiendo a clases dos veces por semana. “Pero lo que necesite el equipo, si necesitan que sea un suplente al principio y aprender, lo puedo hacer, pero si quieren que juegue de inmediato, y aprender en el proceso y adquirir experiencia de juego, también estaré listo”.
Así como estuvo listo a enfrentarse a su coach en USC, Pete Carroll, quien intentó persuadirlo, sin éxito, de jugar su último año colegial.
“Yo lo interpreto como una forma de respeto, el hecho de que me quería de vuelta en su equipo”, comentó Sánchez. “Eso significó mucho para mi”.
Un mes. Treinta y cuatro días lo alejan de la posibilidad de obtener el respeto de más de uno.
San Francisco, Detroit, Seattle. El destino no importa. Aquel equipo que le dé la oportunidad, se llevará a un jugador determinado y orgulloso. Y un gran corazón, muchas veces es más importante que un potente brazo.
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