War Machine, 2017
En su desempeño cómico, Brad Pitt luce genial como el duro general Glen McMahon, que ha sido enviado a Afganistán a ganar la guerra, en medio de una tremenda desmoralización de las tropas y la cada vez más insoportable politización del conflicto.
McMahon es un duro veterano estoico y extremadamente cuadrado, que no contempla ninguna otra opción más que el triunfo. Sin embargo, los objetivos de sus jefes son muy diferentes a los que él ha contemplado. En su ideal militar de país intervencionista, cree que Estados Unidos debe ser amigo de los nativos y que no debe aniquilarlos, un propósito que le parece disparatado a los subalternos.
El general, con sus ideas tradicionales, comienza a confrontarse con sus superiores, a los que les plantea demandas que parecen inaccesibles, para lograr sus objetivos. Pronto se da cuenta de que no ha sido enviado a liderar la invasión para pacificar al país o para cantar victoria. Su verdadero objetivo es limpiar el desastre político que dejaron sus antecesores.
Aunque hay acción, lo que importa es la mirada satírica sobre cómo se maneja la política bélica desde los cuarteles de Washington, llenos de cínicos oficinistas que buscan prosperar en sus carreras.
Máquina de Guerra muestra muy bien, desde adentro de los cuarteles, cómo es que funciona toda la parafernalia mortal de la guerra, en la que los muertos ajenos no cuentan.
Basada en una historia de la vida real, la cinta es una gran oportunidad para comprobar que Brad Pitt no es solo una estrella de Hollywood, si no un gran actor, que puede desenvolverse en cualquier escenario.
(R. Restringido; menores de 17 deben estar acompañados de sus padres)
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@LucianoCamposG