Las personas hoy no tienen identidad sin un perfil de Facebook. Es raro quien no tiene una cuenta y el que no comparte sus experiencias más gratas o relevantes en su perfil.
Algunas personas se mantienen al margen y se aplica la frase de comunicación: no decir nada también comunica.
Queramos o no, de todas las redes sociales, es quien las lidera, quien se impone y quien impone la pauta a seguir.
Primero tienes Facebook, después Twitter, Instagram, Snapchat, etcétera, etcétera.
Tan es así que es una nota de primera plana el camino que haya elegido seguir el supuesto fundador de Facebook, Mark Zuckerberg.
Se turnan: un día aparece Trump declarando contra los inmigrantes en Estados Unidos quienes cambian la realidad del mismo país y toda América; después, al día siguiente Zuckenberg habla de los cambios que se realizarán en Facebook.
El camino que decida seguir la red social afectará de alguna manera el comportamiento y de manera psicológica a la mayoría de la población en el mundo, al menos a 2 mil millones de usuarios calculados hasta octubre del 2017.
En su última aparición en los medios, Zuckenberg aseguró que después de que nos empapó de anuncios para llenar sus arcas, ahora volverá a priorizar los chismes, digo, los aspectos personales publicados por sus usuarios.
El cambio le costó 3 mil 300 millones de dólares, que tal vez pagó con la publicidad que vendió anteriormente, la cual es barata y alcanzable para muchas empresas, inclusive si son muy pequeñas.
De alguna manera le ha afectado y no dijo cómo. Tal vez disminuyeron los números y por eso quiere mantener la interacción de usuarios y dejará de lado la saturación de anuncios en los perfiles.
Aunque muchos utilizan esa posición para realizar movimientos comerciales, gracias a los grupos y páginas que ahí mismo se crear a partir de tu perfil. En algunos te puedes agregar dando “like” a una página, o en otros involuntariamente te agregan con la opción de salir huyendo.
Esa parte anterior me entusiasma, sobre todo para impulsar mis proyectos personales en cuanto a compartir algo muy íntimo, y ya no me es tan natural y simple; pero cuando queremos presumir es fácil.
Ahora, si no quiero interactuar, Facebook casi casi me obliga y me hace esas preguntas que parecen mágicas, acorde con todas mis movidas: con quién hablo, con quién no, las razones de por qué lo hago, qué temas son los que trato, en qué grupos estoy, lo horarios en los que me conecto, entre otros aspectos.
Facebook fue creado para eso, para conectar personas de todo el mundo y eso influye de manera determinante en las relaciones personales cara a cara, ya sea positiva o negativamente.
Algunas han preferido mantenerse al margen del uso de la red social, pero siempre hay una oportunidad para volver.
La auto-publicidad que hacen las personas denominadas “influencer” lideran con sus opiniones en sus muros. Todos luchan por ser uno de ellos. Tienen una posición en cada uno de los temas controversia y los publican en sus muros, esperando aceptación. No todos tienen ese poder, pero hay buenas ideas circulando.
Ahora que vienen las elecciones estaremos saturados de opiniones respecto al futuro que tomará México a través de las urnas. Lo importante es la información para tener nuestra propia postura.
Facebook es el álbum que nos queda con los años, las distancias y las ausencias. Seguirá liderando las interacciones virtuales en México y estará más fuerte en éste año.
Veamos cuáles son los resultados de estos cambios que realizará Facebook, sus estrategias y cómo influirá en la población, pues según ellos es de manera positiva, aunque algunos estudios mencionan que sucede lo contrario.