Desde la elección pasada para alcalde, no recorríamos nuestro amado pueblo tan a fondo, este domingo anduvimos en los cuatro puntos cardinales y con suma tristeza vimos que la ciudad está bien jodida en muchas cosas. Aclarando que todas ellas escapan al habitante, condiciones totalmente ajenas al ciudadano. ¿Y qué hizo el residente local? Pues no salió a votar.
FUNCIONARIOS BIEN PAPEADOS
Compañeros del periódico nos llevaron a ver las groseras residencias de los funcionarios burricipales, las insultantes mansiones de quienes manejan el erario. Lo hicimos antes y después de andar en Villas De San Miguel, Reservas Territoriales y Nueva Era. Nos golpeó la diferencia abismal entre los aposentos de los que manejan el dinero del populo y los cinturones de pobreza del resto del pueblo.
EL ARRABAL BURLADO
Vergüenza y rabia a la vez, es lo que produce entre los “pensantes” del oriente de la ciudad, entre uno que es de los habitantes de la zona “privilegiada” de la ciudad, lo que se aprecia en el muy al sur y en bastante distante al poniente de la misma. La necesidad salta a la vista, te asalta, la carencia te cachetea a ti si eres del lado más “rico” de Nuevo Laredo ¿Cual rico? mejor digámosle el más antiguo o el más urbanizado.
Y NI ASÍ VOTARON
Anduvimos de copilotos, para no distraernos conduciendo un vehículo, ni perdernos de nada, clavarnos en los detalles. Lo que vimos nos indicó que nuestra gente está harta, fastidiada, molesta, muy enfadada con la política y con los políticos. Lamentablemente su enojo lo manifestó de la peor forma, absteniéndose de votar.
DAÑANDONOS MÁS
Es decir, dándose un balazo en el pie (o más bien en la mera chompa), el propio ciudadano desgració el futuro del rancho, por los siguientes tres años, bajita la mano. Debió haber elegido a sus diputados (distritos 1 y 3, por lo menos), con fines de reclamo, de exigirles que metan a la cárcel a estos pillos. Pero no, mejor se desentendió la población, dijo; “No voto, que me sigan ingando lo que quieran”.
JUSTO LO QUE QUERÍAN
Sucedió que el goberladrón y la alcachofa de este nuestro rancho, tuvieron un día soñado, un proceso electoral que ni mandado pedir al diablo. Tuvieron a modo, una masa amorfa (¿por fin, a modo o amorfa?), una población desdeñosa, desentendida mayoritariamente de su deber civil de sufragar. Los bandidos de Río Frío no pudieron tener mejor disposición de la gente a la que han jodido tanto, que esta.
BIEN LANEADOS
El gobierno bien papeado y el pueblo bien amolado. Pero nadie salía a votar, a la ciudadanía se le veía muy Ni Fu, Ni Fa. Fastidiada, harta, desenfadada con el proceso electoral, pero como si trajera guardado el enojo, el ceño fruncido con todos y contra todo. El pueblo en domingo, salió como cada día –ellos no tienen ese día de descanso- a ganarse el pan de cada día, con su “pulguita”, su carretón de aguas frescas, su vendimia ambulante o semi fija, de tamales jarochos, oaxaqueños o chiapanecos.
LA BURLA PLENA
Eran las 4:00 de la tarde de este domingo 2 de junio y no se veía que el ciudadano despertase a la democracia, al derecho a votar, a tomar la decisión de hacer algo por su pueblo, por sus hijos y por sus nietos. La basura acumulada en todo el pueblo, fuerte olor a pipí y a popó por doquier, incluso a media cuadra de presidencia, burricipal. Los señores con dos o tres esmirriadas bolsitas de mandado, en su eterna espera del camión urbano que les llevase a los lejanos “kilómetros” del sur del pueblo.
Y EL GOBERNANTE FESTINANDO
Mientras tanto, el gobiernícola en casa, festejando de antemano, echándose algunas aguas escocesas, en un frígido salón con sirvientes dominicales, disfrutando el devenir del proceso electoral a modo, a su modo, al que pagó, con dinero del pueblo. Domingo 4:00 de la tarde, sin gente en las casillas, solo las que hacen falta, a las que previamente les dieron 1 mil pesos por votar por su candidata, por sus otros dos aspirantes azules.
A SEGUIR JODIENDO
Ni modo el pueblo no quiso, dejó pasar la oportunidad para poner a diputados locales que fiscalicen el tesoro, que le resguarden el dinero que es de todos. Los dueños del poder seguirán tres años, mangoneando el tesoro y el territorio. Eso quiso la gente al no salir a votar. Ya tendrá mucho tiempo para arrepentirse.