Scent of a Woman, 1992
El coronel Frank Slade ha decidido pasarse un fin de semana a todo lujo. Viaja a Nueva York, se hospeda en el mejor hotel, se sirve en los mejores restaurantes y recurre a refinada compañía femenina.
Pero el militar retirado necesita guía, porque está ciego. Y para esta travesía se hace acompañar del adolescente Charlie, que está en medio de un lío en su preparatoria. Para el muchacho el futuro es incierto, porque ha sido involucrado en una pesada broma estudiantil de la que es completamente ajeno.
De esta relación improbable surge el drama Perfume de Mujer que tiene, como principal cualidad, la actuación del contenido Al Pacino, como el invidente desilusionado de la vida que anda por ahí regando ironía, mordacidad y comportándose como si no le faltara la vista. Es evidente que rechaza su amargo destino, como lisiado de guerra, y pretende ignorarlo, revistiéndose de dignidad y demostrado que, aún con su limitación, sigue siendo un hombre entero.
El director Martin Brest se basa en una historia italiana previamente filmada, para contemplar a un hombre cansado de la vida, que quiere despedirse de este mundo con los mejores lujos, antes de terminar con todo. Sin embargo, Frank no contaba con el carácter sereno de su acompañante, sobriamente interpretado por Chris O’Donnell, que en ese entonces era una estrella juvenil en ascenso.
Aunque es predecible, la historia es una delicia. Además de las actuaciones, hay un montón de anécdotas que hacen inolvidable el viaje de este par, hasta llegar a un sólido desenlace en el que se demuestra que la honestidad es un valor que jamás debe dejarse.
(R. Restringido; menores de 17 deben estar acompañados de sus padres)
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@LucianoCamposG