El procedimiento para la revocación del mandato deberá iniciar con una petición ciudadana compuesta por el 3% de la lista nominal, el período para reunir ese porcentaje será a partir de noviembre hasta el 15 de diciembre del año 2021, y si el pueblo así lo quiso, en febrero del 2022 el INE instalará sus casillas para que el votante exprese su deseo de ratificar al presidente AMLO en la presidencia de México, o determine que concluya su período anticipadamente.
No parece habrá fricción en su desarrollo al no empalmarse con ninguna elección, aunque sí le dará un rozón a la de gobernador de Tamaulipas, ya que esta se desarrollará tres meses después de la de revocación del mandato, o sea, las ánforas todavía estarán calientitas cuando nuevamente las colocarán y por ende, la inercia del “te vas o te quedas” para López Obrador, influirá para bien o para mal en el candidato que el MORENA postule para gobernador.
Por lo anterior, lo lógico y natural será que el PAN y el PRI moverán a sus militantes para que por Tamaulipas AMLO no sea ratificado, de suceder lo contrario se equilibrará la fortaleza política entre panistas y morenistas que actualmente están muy disparejas, como lo acredita que el partido azul gobierna en el ejecutivo estatal, en 31 de los 43 municipios y tiene a 22 de los 36 diputados locales.
En síntesis, si bien por hoy la cartografia política de Tamaulipas está pintada mayoritariamente de azul, habrá que ver si se modifica o no en las elecciones del 2021 en las que se elegirán 43 alcaldes, 22 diputados locales y 9 diputados federales, resultados que luego incidirán en el proceso de revocación del mandato y este en la de gobernador. O sea, la causa es causa de lo causado.