Es curioso cómo funciona la opinión pública. Hace un par de semanas tuve el privilegio de representar a Hora Cero en la proyección del documental “Las Fosas” en el Festival NewFilmMakers en la ciudad de Nueva York.
Este trabajo cuenta la historia de 23 migrantes originarios de San Luis de la Paz, Guanajuato, quienes en el 2011 desaparecieron en su ruta hacia la frontera con Estados Unidos, a donde pensaban cruzar de manera ilegal.
En el film, un equipo de reporteros de Hora Cero sigue la odisea de las familias de estos hombres para encontrar respuestas sobre su paradero que, a la fecha, ha sido un esfuerzo inútil.
La desaparición de estos migrantes coincidió con la triste aparición de fosas clandestinas en el municipio de San Fernando donde, al final, se encontraron un total de 193 cuerpos.
Tras la proyección del documental tuve la oportunidad de platicar con muchas de las personas que estuvieron presentes en el evento, quienes, para mi sorpresa, no estaban enterados de que en un lugar de México llamado Tamaulipas, 193 personas fueron asesinadas y sus cuerpos enterrados ilegalmente.
Cada una de las personas con las que platiqué me externó su sorpresa por este hecho, al que compararon con las matanzas de países africanos o de Europa del Este que sufren de guerras civiles.
Pero lo que más me sorprendió no fue que en Nueva York no se hubiesen enterado de las masacres de San Fernando, sino que la gente está muy bien enterada (mejor que yo, tengo que reconocerlo), de la desaparición de 43 estudiantes normalistas en el estado de Guerrero.
Ahí si todos tenían una opinión y una condena al gobierno mexicano por la desaparición de estos jóvenes.
Aquí es donde entra mi reflexión de lo curioso que funciona la opinión pública, pues por un lado tenemos a 193 campesinos, jornaleros, albañiles y Dios sabe cuántos oficios más, que fueron asesinados y sus cuerpos enterrados en un pozo y nadie protestó, envió video exigiendo al gobierno que los “devolviera vivos” u organizó marchas de medio millón de personas demandando justicia.
¿Por qué estas personas no merecieron el reclamo de las redes sociales, de los líderes políticos, de las organizaciones defensoras de los derechos humanos?
No es como si la muerte de 193 personas no se publicitó en los medios de comunicación. Recuerdo decenas de notas en medios nacionales e internacionales hablando sobre el asunto.
Sin embargo, la respuesta de la sociedad mexicana ha sido opuesta a lo que han hecho y dicho sobre los 43 normalistas desaparecidos.
Que nadie se equivoque, no estoy condenando que la gente exija al gobierno mexicano que encuentre a estos jóvenes… lo que me gustaría ver es la misma fuerza en los reclamos para los 193 muertos en las fosas de San Fernando y los miles y miles de personas que se desvanecieron en todos los puntos del país.
Me daría mucha pena darme cuenta que el tema de los 43 desaparecidos no es más que una moda en las redes sociales o un arma política de los partidos para golpearse con aquello que estamos a unos meses de las elecciones para renovar el Congreso de la Unión.
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