“¿Qué hiciste hoy en la escuela?”, le pregunté a uno de mis hijos, “nada”, respondió; cuestioné una vez más y fue lo mismo, entonces repetí la dinámica con sus hermanas que me platicaron qué habían comido, los trabajos que hicieron y algunas cosas que les dijeron sus maestras.
“No le conteste a su papá”, “hágale caso a su maestra”, “¿te dejaron tarea?”, “eso no deben verlo los niños”, “ya es hora de dormir porque mañana hay que levantarse temprano”, “primero vamos a hacer la tarea y después a jugar”; todas esas frases que pueden sonar bastante “castrosas” para algunos, diariamente se escuchan en mi casa y créanme, no siempre son en tono amable.
¿Por qué? porque debemos comunicarnos con nuestros hijos, preguntarles sobre su día, ganarnos su confianza y saber qué les interesa, les gusta o los atemoriza, y no, no soy su amiga, porque no siempre los dejaré hacer lo que ellos quieran.
Los límites son básicos en la formación de un niño, pero también el amor, así que la disciplina y los cariños no están peleados.
No sé que haya pasado por la mente del niño de Torreón que abrió fuego contra la maestra y sus compañeros, aún no se sabe cual fue la razón que lo orilló a actuar así, lo cierto es que los padres debemos aprender a conocer a nuestros hijos, estar atentos y con las antenas listas para detectar cualquier cambio de actitud, pero eso solo se logra si convivimos con ellos.
Quizá para algunos sonaré anticuada pero la tablet, el celular y la computadora no deben ser las nanas de nuestros hijos, tampoco los abuelos, es cierto que muchos tenemos el privilegio de que nos echen la mano con su cuidado en algunas ocasiones, pero no debe olvidársenos que su etapa para cuidar niños ya pasó y no es su responsabilidad hacerlo.
Leí un post de un amigo en Facebook que decía: “ser padre no es nada más hacer hijos y mantenerlos” y tiene razón, es cierto que la vida actual exige, en algunos casos, que madre y padre trabajen, pero entonces ¡vamos a dar tiempo de calidad! porque no sólo hay que alimentar el cuerpo de un niño, también su alma y su corazón.