Siempre nos han tocado tiempos difíciles, a pesar de eso hemos logrado derribar barreras y abrir el camino para las que vienen detrás de nosotras.
En esta sociedad misógina, que en lugar de ayudarnos entre nosotras nos pegamos muy duro, cuando criticamos por competencia y hasta devaluamos sus virtudes por resaltar sus puntos de oportunidad.
Cuando nos unimos, siempre fuimos fuertes y surge una hermandad con la que difícilmente podría un ejército.
Nuestra inteligencia ha hecho que ganemos un lugar en puestos en los que fuimos algún día discriminadas.
Que las niñas de hoy sepan que todo lo que se propongan pueden lograr y que aunque la humanidad todavía nos debe espacios, hay todavía veredas por abrir.
Que sepan que cuando ven a una mujer inteligente y capaz, siempre habrá quienes quieran derrumbar esa voluntad, pero no deben doblegarse, sino insistir más fuerte.
Que las niñas de hoy sepan quienes son y de qué están hechas para que ninguna tempestad las asuste y sean capaces de levantarse por sí mismas.
Que no queremos que sean perfectas, pero que su corazón sea noble para que guié su conciencia y sus actos.
Que las niñas de hoy sepan que cada día es un regalo único y una oportunidad para corregirse y ser mejor.
Que sepan tantas cosas, pero principalmente que todas sus desiciones tendrán consecuencia y mientras no afecten a otros, es sólo a ellas quienes deben de rendir cuentas y a nadie más.
Que sepan que la competencia es con ellas mismas y no con otras mujeres. Que deben practicar la sororidad y empatía.
Que sepan que nadie las va a querer tanto como a ustedes mismas; por eso deben alzarse, valorarse y amarse a sí mismas.
Que sepan que una persona es un hombre y una mujer. Y una fémina no tendría porqué luchar por su propio respeto.
Que las mujeres del futuro no bajen su nivel por nada ni por nadie, ya que necesitamos que sigan avanzando.
Que las niñas de hoy sepan que es importante que sean felices y libres; y que irónicamente esa también es su responsabilidad.