Los que piensan que el Monterrey es el favorito para ganar este Clásico y esta Final del futbol mexicano, podrían estar en lo correcto.
¡Cómo no serlo!… si las cifras juegan a su favor.
Claro, para levantar la Copa y darle la vuelta a su estadio, tienen que primero despacharse al Tigre, asunto que de sencillo no tendrá nada.
Los aficionados (y jugadores) de ambas escuadras respetan y temen a sus respectivos rivales.
Cualquiera menos Tigres; dijeron los Rayados; Cualquiera, menos Rayados, dijeron los felinos.
Pero como bien dicen: “Dios no cumple antojos, ni endereza jorobados”, les tocó bailar con la más fea por una lapidaria y sencilla razón, son hoy por hoy, las dos mejores escuadras del futbol mexicano y esa presencia, fortaleza y eficiencia los llevó a ir allanando el camino dejando fuera los más débiles, hasta encontrar al vecino.
Nunca antes habían llegado, ni en paridad de circunstancias. El Monterrey, con ligera ventaja.
Por más que los de Rayados sientan o traten como “hijos” –instalados en la techo de la soberbia– a los aurizaules, por las veces que los han echado de la fiesta en semifinales, ambos son los rivales que nunca habrían querido enfrentar uno a otro en una Final.
¿Alguien piensa que fue casualidad que Tigres saliera a pasear la figura en la pasarela del estadio de La Pastora en el Clásico hace dos semanas?
¡Claro que no!
Todo era un movimiento calculado. El puntero fue Rayados, el súper archi recontrapoderoso y letal equipo de Ricardo Antonio es el obligado a ratificar en esos 180 minutos que fue el mejor a lo largo de la travesía y lo debe sellar con el título de campeón.
Tigres, va ir a cascarear a ver qué pesca. Es el segundo, el retador. La vuelta es en corral ajeno; en la ida hará lo que pueda y en la vuelta… también.
La presión, está en la cancha del vecino y ésta puede incentivar a uno y hacer tartamudear al otro.
Conservadoramente y para tirar un poco esa presión pueden decir que el equipo de enfrente es el bueno, el mejor y el obligado a ganar, tal se estilaba hace algunos años en Rayados.
Un entrenador español que estuvo acá, inauguró ese estilo de nadar de muertito, “a la cómoda”.
Pasando la presión al contrario y tirándose al suelo para que te levantaran.
Cuando tú como aficionado esperas que tu entrenador diga: “Somos el mejor equipo, somos mejor que el rival, y vamos a morirnos en la cancha, vamos partirnos el alma y lo que haya que partirse para darle un campeonato a nuestra gente.Ya se lo merece. Podemos ganarlo o no, pero al final, la gente se sentirá orgullosa de su equipo, como nosotros nos sentimos orgullosos de ellos”.
Tal eso quieran leer y escuchar los aficionados, no esto: “Pues es que el vecino mejor, entonces, pos ellos son los favoritos y, pos… vamos a ver qué pasa”.
Traducción: Me curo en salud y tiendo la camita; Si me ganan, ‘Ya ven. Yo les dije que ellos eran favoritos; si ganamos. ‘Ya ven… y eso que los favoritos eran ellos”.
Casi lista la fiesta. Este jueves arranca la obra más espectacular de los últimos tiempos en el futbol regio.
Primera llamada… primera….
MAÑANA: Sus debilidades y fortalezas