Salud, Educación y Seguridad, tres elementos regentes de todo gobierno, de toda administración pública, que en Tamaulipas tienen poco más de tres sexenios, perdidos.
Reprobado en esos tres rubros, Tamaulipas es un comprobado Estado fallido.
Pero hoy sólo toquemos el tema de salud, el cual ni siquiera alcanzaremos a abarcar, así que ¿para qué meternos en problemas de desmenuzar las fallas en educación y seguridad?
UNA SALUD MUY ENFERMA
Vemos ahora que les piden sopitas, curitas, gasas, alcohol, “un pollito”, frutas, verduras y lo que sea su voluntad, a los muy humildes familiares de pacientes del antes Hospital Civil, hoy “Materno Infantil” o “Del Niño y la Madre”.
Y eso que acaba de venir el día 12 del presente mes, la secretaria de Salud de Tamaulipas, Lydia Madero García (socióloga rural, de profesión), quien anunció un proyecto de nuevo hospital general en el poniente, con una inversión de 400 millones de pesos, conjunto Estado-Municipio.
Aquí anotamos apenas el día 13 de este mes, que es una burla y se nos antoja un vil y enorme trinquete, ese proyecto.
O sea, una obra grande para robar en grande, desviar una fuerte cantidad de dinero, de un solo envión, al menos eso es lo que en México ha resultado, es la historia de siempre, así ha sido cada vez, sólo es cuestión de rascarle a cada obra ejecutada y salta la pus, el mugrero, el robo, las cuentas infladas y otras muchas trapacerías.
Dijimos que el actual Hospital General, sobre calle Maclovio Herrera, sus médicos y enfermeras lloran porque se les mueren a diario los pobres pacientes ante la carencia de todo, incluidas medicinas, plazas médicas y de enfermería, sin olvidar de la tecnología necesaria para dar una verdadera batalla a las enfermedades que padecen nuestra gente más pobre.
Anotamos hace 13 días, que el Hospital Civil, así como el Centro Oncológico Doctor Rodolfo Torre Cantú, están para llorar.
Criticamos que: cómo se les ocurre querer invertir 400 millones de pesos en un edificio nuevo, si los que tienen trabajan con las uñas o ni eso.
Pues bien, ahora con la nota de la compañera reportera Emma Treviño, de este sábado, sobre el Civil o Materno Infantil, o Del Niño y la Madre (progenitora es lo que precisamente no tienen estas autoridades), no nos queda más que culparlos de insensibles, deshumanizados y… sí, reiteramos que estos señores del gobierno, están faltos de madre.
¿UNA CHOPITA, NO?
Que el pobre personal del Hospital Civil, le pida a la gente sin recursos económicos, que traigan de sus hogares, los alimentos, la ropa, los efectos de higiene personal, ¡las medicinas!, y los artículos de curación para el enfermo, sí raya en algo muy grave.
Son tres o cuatro sexenios anteriores, más cinco meses de éste, los que los tamaulipecos hemos tenido que soportar tales insultos, groserías, malos tratos, burlas y ofensas, porque eso es lo que son, esto que ocurre no es más que eso.
Entendemos que el nuevo gobierno no tenga los recursos porque el bandido de Egidio Torre Cantú los dejó llorando, secos de la caja y con grandes deudas.
Pero es en tales circunstancias adversas, en estas situaciones negativas, es cuando, como y donde se conocen a los buenos gobernantes, a los administradores preparados.
ÉCHENSE ESTE REMATE
Para concluir -por ahora- con lo del tema de salud en el Estado, aquí va lo siguiente.
El planeta Tierra, dicen los expertos, tiene hoy 7 mil 400 millones de seres humanos, pues bien México ocupa el primer lugar mundial en obesidad y sobrepeso, tanto de adultos, como de menores de edad (siempre de la mano de un Estados Unidos, hoy en segundo lugar, pero que frecuentemente se turnan el primerísimo sitio).
Tamaulipas (tres y medio millones de habitantes, de los ya citados 7 mil 400 millones en todo el mundo) es el número uno entre los 32 estados del país.
Y Nuevo Laredo (alrededor de 500 mil habitantes) es el primero entre los 43 municipios de la entidad.
Eso nos dice que en nuestra ciudad hay más obesos, que en ningún otro pueblo del mundo.
Cierto o no lo anterior, eso nos arroja que la medicina pública es algo fallido, en la ciudad y en el Estado.
Los secretarios de Educación y Salud (Diódoro Guerra Rodríguez y Norberto Treviño García Manzo), durante todo el sexenio de Egidio Torre, se la pasaron dizque en batalla conjunta contra la obesidad de niños y adolescentes, atacándola desde las escuelas.
¡Mentiras!, los estudios nos dicen que nuestros niños son los más obsesos, gordos, adiposos y también los más mal nutridos.
¿Es la medicina pública de Tamaulipas, algo que ya valió progenitora?
Ustedes júzguenlo estimados lectores.