Ataviados con pantalón negro, sombrero blanco, con camisa del mismo color o roja, pequeñitos de cinco años de edad bailaban con entusiasmo una canción de banda durante el desfile conmemorativo de la Revolución Mexicana en Jaumave, Tamaulipas.
Pero a pesar de la ternura que despertaban los niños, algo más capturó la atención de los asistentes y cautivó a las redes sociales: la maestra que auxiliada por un arnés ayudó a que un pequeño que sufre de espina bífida participara en el evento.
Mientras bailaba con el niño cargado volteaba constantemente a ver al resto del grupo, como para estar al pendiente de lo que hacían.
¿Cuántos maestros dan más del 100 a sus alumnos?, ¿Cuántos simplemente cumplen con lo que dice el programa y a veces, ni con eso? Ser maestro de preescolar es todo un reto, no es fácil lidiar diariamente con más de veinte niños que gritan, se enojan y tienen una pila interminable.
Mi respeto y admiración para esos docentes que ejercen su profesión con verdadera vocación, pasión y cariño, y en cada clase ponen todo su empeño para lograr que los niños aprendan.
Tengo la fortuna de conocer a una excelente, que no sólo se preocupa por seguir el programa de la SEP, sino que da el extra necesario para preparar a los pequeños para los diferentes retos.
Que igual que enseña sumas y restas abrocha un suéter, escucha anécdotas, detecta fiebres altas y procura a pequeños que no son de su grupo.
Que aunque es estricta, firme y hasta gritona con los pequeños, posee la dulzura suficiente que le ha permitido ganarse los “te amo mucho” de los niños, que ven en ella a alguien en quien pueden confiar.
Eso se lo gana un docente que tiene sensibilidad, compromiso y amor por lo que hacen, que saben la importancia de su trabajo y entienden que su labor formará parte de las bases de estas pequeñas personas y será parte fundamental de su formación.
Esto pasa cuando se es como la profesora que yo conozco, o como Cristina Guerrero, a quien seguramente no le pagarán más por el tiempo y trabajo dedicado para que este pequeño formara parte de este número junto a sus compañeros, pero creanme que habemos quienes valoramos, reconocemos y apreciamos su dedicación y esfuerzo.
Mil gracias a ustedes maestros que aman su trabajo.
Maestra ayuda a bailar a niño con discapacidad en desfile realizado en Tamaulipas