Actualmente no hay duda alguna de que en Tamaulipas la fuerza política hegemónica es el PAN, una situación que se presta para la complacencia aprovechando lo transparente del horizonte.
Sin embargo, no todo es totalmente así, el Comandante Azul tiene vicisitudes y por ende decisiones que ameritan reflexión. No es caso resuelto el término de duración del próximo gobernador cuyo período será a partir de octubre del 2022, pero para empatar la elección de mandatario estatal con la de presidente de México en el 2024, el Congreso del Estado tendrá que emitir un decreto en el que precise que el período será solamente por dos años.
Sin embargo, con todo y que la lógica, además de la ley electoral aconsejan gubernatura por un bienio, los intereses políticos y las ambiciones económicas asaltarán el pensamiento de quien tomará una decisión que luego los diputados locales se encargarán de formalizar.
Porque si bien dos años como gobernador es plazo más que suficiente para asegurar el futuro hasta de la siguiente generación de ése suertudo, ese lapso no garantiza que el panismo llegará en su mejor forma a las elecciones presidenciales del 2024.
Perder la gubernatura en el 2024 es despedirse del poder hasta el 2030 y lo más probable es que hasta el 2036, por lo tanto, el Comandante Azul tiene que seleccionar a su mejor carta para las elecciones del 2022 en caso de que el período del próximo gobernador sea por dos años; esto es algo que no agradará a quienes se consideran garantía de triunfo, quienes obviamente sueñan con gobernar un período de seis años.
No se trata de enviar a la loma de los disparos a uno de la banca. Perder en el 2022 sería llegar en total desventaja a las elecciones del 2024 y una derrota enviaría al panismo al ostracismo político.
Por lo anterior, de acuerdo a la lógica y la experiencia, la vicisitud del Comandante Azul consistirá en ir con todo en el 2022 para amachinar el poder hasta el 2030, o bien por un bienio para en el 2024 aterrizar el Plan Puebla que ya inquieta a los panistas que se sienten con méritos para tomar la estafeta.
En conclusión: si el período del próximo gobernador será de dos años, los prospectos azules son Ismael García Cabeza de Vaca, Gerardo Peña Flores y César Verástegui, obvio que dos de ellos no serán candidato a gobernador, pero quedarán reservados para el 2024 aunque tendrán un enorme obstáculo y ese será el Plan Puebla, que en Tamaulipas ya todos saben lo encabeza Mariana Gómez Leal.
Como ven, con todo y que el Comandante Azul tiene el control político de Tamaulipas, no está fácil la decisión de por cuántos años será el período del próximo gobernador, y más con la escandalera de Baja California.
¿Y EL FACTOR MAKI APÁ?
No es ningún secreto que la alcaldesa de Reynosa no está en la lista de los regalos de parte del Comandante Azul del Día de la Amistad, pero ella ha forjado su carrera política al margen de los planes del jefe político de los panistas tamaulipecos, y le caracteriza una férrea voluntad que es la que le ha permitido aguantar los embates de sus supuestos correligionarios, logrando en el 2018 la candidatura para la reelección contra viento y marea, donde obtuvo un contundente triunfo electoral.
Pero en las elecciones del pasado 2 de junio el comando azul determinó no recurrir a la estructura de Maki y aún así los panistas retuvieron las 4 diputaciones locales que representan a Reynosa, algo que trae envalentonados a los de Ciudad Victoria.
Sin embargo, una cosa es que no la tengan en sus planes para el 2022 y otra es que el Comité Ejecutivo Nacional panista, quienes conocen bien a la alcaldesa, sopesan su historial y saben que después del Comandante Azul es quien tiene la mejor carrera política.
Indiscutiblemente Maki es una prospecto de peso y con el añadido que no le interesa si el período del próximo gobernador será de dos o seis años.
Aunque por ahora trae problemas en algunas colonias del sur de la ciudad afectadas por las inundaciones y encharcamientos, quienes con los 40 grados centígrados (promedio) que se viven en Reynosa y con agua en el piso de la vivienda, traen un ánimo que no es nada festivo.
Es cierto, la alcaldesa no rehuye los encuentros con los encendidos lo que demuestra una vez más ser una gobernante con carácter.
O sea, a quienes le encandilaron a los colonos de Paseo de las Flores y fraccionamientos aledaños les falló el tiro, porque aparte de ya estar desarrollando un drenaje pluvial para esos sectores, su proverbial carácter de nuevo apareció, y los tamaulipecos bien sabemos que hoy en día en la tarea de gobernar se requiere gente dura.
PERO ANTES ESTÁ EL 2021
Independientemente de todas las disquisiciones narradas en este espacio hay otro factor pendiente y es el resultado que habrá en las elecciones de junio o julio del 2021, donde se elegirán diputados federales, presidentes municipales y diputados locales, o sea, son elecciones federales y locales lo que se presta para las elucubraciones.
La más mencionada es la que asegura una eventual negociación entre MORENA y el PAN, ya que al presidente López Obrador las elecciones que le interesan son las de los diputados federales, mientras que al Comandante Azul son las de Congreso del Estado, pudiendo dejar fuera de la negociación las alcaldías o, al menos, las cinco principales.
El resultado electoral del 2021 también influirá en la toma de decisión del 2022. Es obvio que si la mayoría de los 43 municipios se empanizan, el Comandante Azul podría lanzar a la loma de los disparos en el 2022 a cualquiera de sus serpentineros estelares, pero si MORENA es el ganador la estrategia cambia totalmente. v