Me asaltan ideas que por sonar descabelladas la razón las ataja y expulsa de mí cerebro, pero con lo que está sucediendo en Baja California invariablemente regresan.
Resulta que en Ciudad Victoria anda aleteando por varias cabezas la tentación de un alargue de 6 a 8 años del período del actual gobernador, con el argumento de que por un lado evitaría suntuosos gastos y por el otro, en el 2024, se emparejarían las elecciones de gobernador con las de presidente de México.
Lo anterior podrá estar cronometrado, nomás que el artículo 80 de la Constitución Política de Tamaulipas tajantemente dispone que el gobernador entrará a ejercer sus funciones por el término que fue electo, y como Francisco García Cabeza de Vaca lo fue para el período del primero de octubre de 2016 el 30 de septiembre de 2022, no hay para dónde hacerse.
Algunos dirán: ‘¿Entonces para que son los diputados?’; con lo que pasó en Baja California hay quienes acarician la idea de un alargue, con la inocultable intención de prolongar por dos años el placer de las mieles y sobre todo porque amacizaría los planes del Comandante Azul.
Pero el numeral 83 de la precitada Carta Magna de Tamaulipas, no deja espacio a la interpretación pues, entre otras cosas, dice que pase lo que pase, el gobernador que concluirá su período, cesará, o sea, que no puede seguir en el cargo aunque su sucesor no se presente, ya bien porque se enfermó gravemente o de plano se petateó, -y de nuevo-: ¿entonces para que están los diputados?.
Ya vimos en Baja California que cuando quieren pueden, pero como la decisión de alargar de 2 a 5 años el período gubernamental de Jaime Bonilla va a terminar en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, habrá que esperar la resolución de los ministros y en donde salgan con que por cuestión de la soberanía no pueden intervenir en reformas a las constituciones locales, las galleras se van alborotar a lo largo y ancho de Tamaulipas.
Si lo anterior sucede, lo que hoy es una idea delirante comenzará a ser un proyecto amenazante para la estabilidad política y social de la entidad, sobre todo en Ciudad Victoria donde a los nativos se les hace una eternidad para que termine el sexenio de García Cabeza de Vaca.
En resumen, el alargue del período del gobernador a como está actualmente la Constitución Política de Tamaulipas es imposible, pero ya hemos visto que para los diputados el texto constitucional es de material maleable, aunque todo dependerá de lo que resuelva la SCJN y de que en las elecciones de junio o julio del 2021 el PAN conserve la hegemonía en el Congreso del Estado, si se dieran ambas circunstancias, la pistola quedaría cargada y ya solamente el buen juicio impediría accionarla.
DISCREPANCIAS ENTRE LOS AZULES
Germán Pacheco Díaz salió de la dirección del Instituto Tamaulipeco de Infraestructura Física Educativa de Tamaulipas de modo nada cordial, por ende con ánimo alterado e indiscreto.
Trascendió que altos oficiales calentaron al Comandante Azul con la idea de que Germán le andaba haciendo el caldo gordo a César “El Truco” Verástegui, para contribuir a su posicionamiento como prospecto para candidato a gobernador, entonces, ya sin la chamba de director del ITIFE, en redes sociales comenzó a escribir cosas que más tardó en redactarlas que en caerle a palos los filibusteros que Comunicación Social del gobierno de Tamaulipas tiene a su servicio.
La tupieron con tanta rabia que terminaron enviando a Germán Pacheco al servicio de alineación y balanceo, para que de paso vea de que lado masca el mecate la iguana. Son discrepancias que presagian barruntos en el cuartel general azul, ya vieron que “El Truco” no va esperar con ilusión de novia de rancho le cumplan lo ofrecido o lo que él creyó a cambio de arriesgar hasta el pellejo.
Hoy en día en la Secretaría General de Gobierno se ventilan cosas que no tienen nada que ver con acuerdos y decretos del gobernador, e incluso, hasta los amarres políticos en aras de la paz social implican riesgos para la integridad física.
Sin embargo, a los hombres del Comandante Azul no les parece que cumplir con este trabajo sea pacto de sangre, por ende, no llega a tanto el compromiso.
Una cosa es que Gerardo Peña Flores sea el de más tamaños para el 2022 y otra que no haya otro -léase el senador Ismael García Cabeza de Vaca-, aunque tanto él como Mariana Gómez Leal podrían ser reservados para el 2024 y con ello quedarían fuera del alcance de los misiles por aquello del nepotismo, sólo que, si a los diputados de la legislatura 2021-2024 los seduce la idea de aprobar un alargue de 2 años en el período de Francisco García Cabeza de Vaca, el nepotismo estará presente y pesará a la hora de decidir.
EL 31 POR CIENTO
Hay un factor que se está configurando y apunta para ser de mucho peso. Gustavo de Hoyos, presidente de la Coparmex, ya no oculta sus intenciones de participar en política y quiere hacerlo por la puerta grande: como candidato presidencial en las elecciones del 2024, y por lo pronto, entró al juego de los descontones por medio de las encuestas mensuales que practica la organización patronal que representa.
En las de junio y julio del año en curso, de los 32 gobernadores, sólo el de Yucatán y Querétaro aprueban con un 61 y 69 por ciento respectivamente, los otros 30 están tronados por los afiliados a la Coparmex, pues nomás a ellos les preguntaron cómo calificaban a sus respectivos mandatarios.
Y nomás para que vean de qué tamaño es el quemón, baste decirles que el de Aguascalientes registró un 51 por ciento, los de Nayarit y Guanajuato un 43, el de Sinaloa un 41, el de Baja California Sur 37, el de Sonora 34, los de Tamaulipas, Coahuila y Chihuahua un 31, y ya para qué le sigo.
Los demás naufragan en porcentajes todavía peores. En consecuencia, los empresarios de la Coparmex están diciendo por ahora, que salvo los gobernadores de Yucatán y Querétaro, ninguno de los otros 8 gobernantes panistas les inspiran confianza, y si no los aprueban los empresarios, que son afines a ellos, el pueblo: ¡menos!.
Así que ya podrán recurrir a Arias Consultores, el de encuestas a la medida, eso en nada confundirá a los agremiados de la Coparmex que persistentemente los reprueban, principalmente por la inseguridad que galopa por 30 de las 32 entidades federativas. De manera que, los gobernadores azules que estén soñando con la candidatura presidencial, tienen ardua tarea por delante y un competidor que no está expuesto al desgaste del ejercicio del poder, y que entretanto busca encabezar el factor que será el contrapeso del presidente Andrés Manuel López Obrador.
MAKI Y MARIO
Maki Ortiz está convertida en el dolor de muelas de los azules de Ciudad Victoria, su férrea voluntad la ha sacado a flote, aunque entre esa cualidad y la obstinación hay una raya muy delgada; por ello una cosa es que despierte simpatías entre una parte de los panistas y no se diga entre los apartidistas, y otra que vean con los mismos ojos algún proyecto nepótico, que por muy bueno que sea el prospecto, daría a entender que es igual a los otros y por ello habrá de actuar con cautela, porque un plan quemaría el otro.
De que la alcaldesa de Reynosa es una prospecto efervescente para la candidatura a gobernador hasta sus enemigos lo advierten, por algo se ocupan tanto de ella.
Por su parte los alcaldes morenistas, Mario López Hernández de Matamoros y Abel Oseguera Kernion de Ciudad Madero, con su trabajo se perfilan como prospectos para las candidaturas a diputado federal en el 2021 y luego para la gubernatura en 2022. MALOVA en Matamoros, ya tiene en empate técnico la plaza matamorense con el PAN y sus pisadas ya van dejando huellas, al igual que Oseguera Kernion por lo que fuera territorio petrolero, gracias a él MORENA ya rivaliza con el partido azul.
Sin embargo, los aciertos de Matamoros y Madero, así como la presencia en cargos relevantes de Américo Villarreal Anaya, Héctor Garza González, Rodolfo González Valderrama y José Ramón Gómez Leal, no debe confundir a los morenistas tamaulipecos, ya vieron como el pasado 2 de junio los trapearon los panistas en 21 de los 22 distritos.
En las elecciones del 2021 se disputarán 43 alcaldías, 22 diputaciones locales y 9 diputaciones federales, van a enfrentar a candidatos que tendrán por jefe a un “Gorilator” que va tirar manazos a diestra y siniestra para que Tamaulipas siga pintado de azul, por lo que, la precaución y el sentido común aconseja traben una alianza con el PRI, con el Movimiento Ciudadano, el Verde Ecologista y el PRD.
Recuerden a Hernán Cortez, que cuando vió que iba a estar bien difícil tomar Tenochtitlán, convenció a los tlaxcaltecas se le aliaran y sólo así pudieron con los mexicas. El “Gorilator” sabe que si pierden sus huestes en el 2021 entregar la gubernatura en el 2022 será mero trámite, pero si creen los morenistas que les van a entregar Tamaulipas por la buena como lo hizo el Egidio, no lo conocen.
Y hasta la próxima.