La corrupción fue el centro de la contienda electoral. Dominó de pe a pa las campañas de los candidatos en busca de la Presidencia de laRepública. Fue el tema que permeó los debates de los abanderados en este 2018. Finalmente lacorrupción fue el estribillo con que Andrés Manuel López Obrador aturdió a todo México haciendo señalamientos severos de lo que se han robado muchos entes abusivos del PRIAN y de lo que consigue la “mafia del poder” y los traficantes de influencias al amafiarse mañosamente los políticos y los empresarios, con el fin de hacer buenos negocios.
En la promesa de acabar con la corrupción, el tabasqueño fincó su esperanza de triunfo desde el 12 de diciembre de 2017 en que se registró oficialmente como candidato de su propio partido, que él fundó, que él maneja a su antojo y del que se sirvió para elegir a los candidatos a diversos puestos de elección popular. “Son 500 mil millones de pesos los que se roban cada año los políticos corruptos”, fue su grito de guerra en el que ondeó su promesa de aprovechar esa cantidad estratosférica de dinero para programas sociales.
Pero también la corrupción manchó el nombre yla fama de honesto de AMLO. Los señalamientos de Ricardo Anaya sembraron dudas sobre los contratistas favoritos del tabasqueño, como el ingeniero José María Rioboo, quien al perder lalicitación para construir las pistas del nuevo aeropuerto, se puso de acuerdo con el dueño de “Morena” para que lo eligiera como constructor de la nueva obra en otro sitio. Y ni qué decir de lacontundencia de José Antonio Meade al acusarlo de ofrecerle la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en el nuevo gobierno a Javier Jiménez Espriú, supuestamente involucrado en el caso más escandaloso de reparto de dólares que hizo Odebrech, aunque el aludido se deslindó del fraude, en el que se menciona como actor principal al ex director de Pemex, Emilio Lozoya, para un presunto apoyo financiero a la campaña de Enrique Peña Nieto en el 2012.
La corrupción por aquí. La corrupción por allá. Lacorrupción del PRIAN, pero también la corrupciónque le achacan sus detractores a AMLO lo ha perseguido siempre por su poca transparencia al no dar a conocer de qué vive y por ser calificado de “fantasama fiscal”, pues jamás en su vida ha pagado impuestos. Corrupción que también dicen olerla quienes sostienen que fundó su partido MORENA no solamente por su obsesión por el poder sino para hacer negocio a sus anchas, beneficiando a sus hijos y amigos más cercanos.
DATOS DUROS Y MÁS DUROS
Si el nuevo gobierno se dedica a darle palos a lacorrupción, podría terminar la mala imagen de México en el mundo en este rubro, y por consecuencia la impunidad sería también derrotada, como binomio inseparable de laviolencia, la inseguridad, la desigualdad social y lapobreza. Porque por el caño de la corrupción fluye un torrente de pestilentes acciones de todos los sectores. Si no, veamos los datos duros de que disponemos: el Informe Citi Research del 2018 apunta que la percepción de la corrupción en nuestro país se duplicó entre 2014 y 2017 al pasar de 20 a 40 por ciento, además de que caímos del lugar 60 al 135 en el índice internacional entre 2005y 2017.
Los 500 mil millones de pesos de que habla AMLO como fruto de la corrupción anual en México es necesario traducirla en dos nuevas líneas del Metro de la ciudad de México o para construir 28 estadios de futbol como el BBV-Bancomer de Monterrey o edificar 40 presas hidroléctricas como en La Yesca, Nayarit.
Esperemos que no haya sido inútil que en lascampañas políticas nos aturdiera tanta insistencia machacona sobre la corrupción. Y que operara, algún día, el milagro de estar cerca de los países mas honestos del mundo: Dinamarca, Nueva Zelanda, Finlandia, Suecia, Noruega, Singapur, Suiza, Holanda, Australia y Canadá. Que nos avergüence estar entre los más corruptos y que todos los mexicanos pongamos lo que está de nuestra parte para no figurar entre Somalia, Corea del Norte, Afganistán, Sudán, Libia, Irak, etc. No le dejemos todo al nuevo gobierno. No culpemos solamente a los políticos de los escándalos que arrojan su poca probidad y su rapiña desenfrenada.
Nadie quiere más descomposición de México. Lainmensa mayoría de los más de cien millones de mexicanos estamos contra la violencia y lainseguridad, pero reconocemos que la fuente de estos males son el resultado de la corrupción, que limita el reparto justo de los recursos entre los que menos tienen y atenta contra la oportunidad de buenos empleos y mejores salarios.
Ojalá sea éste el nuevo amanecer de un parteaguas positivo en el horizonte de nuestro querido México. La esperanza y la fe han de fructificar, tarde o temprano, para que la siembra de valores auténticos rinda abundante cosecha entre las nuevas generaciones.