Coincidentemente en Nuevo León y Tamaulipas los mandatarios en turno decidieron enviar a las titulares del Instituto de la Mujer a pelear un cargo de elección popular.
En ambos casos las dos funcionarias perdieron, Yamilett Orduña en Nuevo León y María Elena Figueroa en el Instituto de la Mujer Tamaulipeca vieron frustradas sus aspiraciones de ser diputada y senadora, respectivamente.
Y en ambos casos sus suplentes al frente de esas dependencias tienen un desempeño gris.
También las ex candidatas han registrado una actividad sin brillo en esas encomiendas lo que sin duda influyó en sus derrotas electorales.
En el caso de María Elena saltó hace unos años de la Sociedad Civil en una organización de lucha contra el cáncer para ser funcionaria pública municipal y luego estatal, es una mujer bien intencionada pero no es política, si lo fuera habría aprovechado el cargo estatal como trampolín para allegarse la senaduría, cosa que le fue imposible y que además pudiera no haber sido suficiente, si como el enviado de Ricardo Monreal dijo que la quitarían para que se quedara en la curul su suplente Imelda Sanmiguel, dirigente del panismo nuevolaredense, quien, aseguró el morenista, goza de la amistad de los García
Cabeza de Vaca.
Como esta visto las oportunidades para las mujeres en el aspecto político siguen siendo atribuidas más a la intervención masculina que a los propios méritos de las candidatas.
En lo que se refiere a Tamaulipas el Instituto que dirigía María Elena realiza actividades que no tienen gran impacto en la vida de las mujeres de esta entidad, es una dependencia que no recibe el apoyo que requiere y que solo existe por mero trámite.
Tal vez es el momento de la revisión de su función en el aparato público, algo que próximamente pasará con el DIF Nacional cuya existencia puede tener los meses contados porque existe la intención del nuevo gobierno federal de fusionarlo a la Secretaría de Salud, para que deje de tener dualidad de funciones y porque invade aspectos de las secretarías y se le da un trato preferencial ya que comúnmente lo encabeza la cónyuge de quien gobierna.
A qué se quiere llegar con esta reflexión? Que se hace urgente revisar las oportunidades y atención que las mujeres están recibiendo para formar parte de equipos de trabajo donde tengan voz y voto.
Sería una gran pena que de continuar las cosas como van en Tamaulipas haya una regresión de 30 años donde las mujeres con cargos importantes eran inexistentes.
Y por lo tanto son ellas las eternas perdedoras en la lucha por una posición destacada,
en pocas palabras, Tamaulipas es un estado donde los derechos de los y las ciudadanas están conculcados.
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