Cómo sospecho que las campañas presidenciales que empiezan en menos de un mes serán inútiles, porque se percibe que todo está prácticamente definido y miles de millones de pesos se irán por un resumidero.
Con el pleito ranchero entre Ricardo Anaya y el PRI, cada vez se confirma la posibilidad de que el presidente Enrique Peña Nieto hará hasta lo imposible para que el panista no solamente pierda, sino que haga el gran ridículo en las urnas mandándolo al tercer lugar.
Porque si el gallo tricolor José Antonio Meade no enseña espolones y no levanta, seguramente habrá línea para apoyar a Andrés Manuel López Obrador quien, al menos, no trae un discurso incendiario como Anaya que ha declarado metería a la cárcel a Peña Nieto.
El PRI ya confirmó lo que medio México sabía: que Anaya traiciona y encaja el puñal por la espalda. Por eso con AMLO habría un entendimiento a señas porque militó en el PRI, sabe de disciplinas, de valores entendidos y de taparse unos con otros.
Sin embargo, hay que mirar de reojo a los independientes cuando el INE les confirme sus candidaturas, con Margarita que tiene las mayores preferencias entre 6 y 8 puntos; “El Bronco” con 2 o 3 y Ríos Piter con cero o un punto.
Lo bueno apenas va a empezar. Cuando vuelen los primeros lodos.