Un debate lo gana el que habla con la verdad, el que recurre a las mentiras para apoyar sus dichos debe ser motivo de recriminación y no de adulación, por ello lo que digan los candidatos sino es corroborado es absurdo que lo consideren ganador.
De ahí la estupefacción que causó el que los expertos que interrogaron a los candidatos a presidente municipal de Reynosa en el debate organizado por la Coparmex, hayan emitido una opinión sobre quién lo ganó sin antes comprobar que tan cierto es lo que expresó la supuesta ganadora.
Pero independientemente de que un debate más que influir en las tendencias electorales es un ejercicio democrático, al desarrollarse con parcialidad como sucedió en el de anoche, le dan una estocada a la credibilidad o utilidad de este tipo de eventos que son para exponer ideas y sobre todo para contrastarlas, cosa que no hubo y en mí opinión sino debatieron menos podría haber un ganador.
Entretanto está por concluir el periodo de campaña, las lluvias arreciaron ayer con los consecuentes perjuicios y casualmente lo que menos no digamos se debatió ni siquiera se abordó, fue el mal estado de la infraestructura urbana y que remedios hay para mejorarla.
Es martes y a darle al diario vivir.