El odiado fuero del que gozan gobernantes, legisladores, ministros, magistrados, jueces y altos servidores públicos, ya fue derogado por la cámara de diputados y con ello cunde la creencia de que ahora sí se les acabó el corrido. Sin embargo, mientras no se incluya en el catálogo de delitos graves el peculado, el enriquecimiento inexplicable y el abuso de autoridad, seguirá la impunidad por lo siguiente:
El artículo 108 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos claramente dispone que al Presidente de la República sólo se le podrá juzgar por traición a la patria y delitos graves del orden común, pero casualmente los delitos que sí cometen los gobernantes en sus tres niveles como el peculado entre otros, por mera celestial chiripada no son graves.
Por lo tanto, como resulta muy improbable que algún día veamos a un presidente o a un gobernador acusado por homicidio, violación o tráfico de drogas, por la simple razón de que ése tipo de ilícitos no suelen cometerlos, pero en los que sí incurren no son graves.
La impunidad seguirá prevaleciendo aunque no deja de ser un avance que ya no se tenga que someter a juicio político a la crema del servicio público para arrimarla ante el Ministerio Público.
Y este fin de semana será especial, el domingo será el debate entre los candidatos presidenciales que de mí parte no espero sorpresas.
AMLO es reiterativo con su oferta de combate a la corrupción y anticipó que sus asesores -que es el pueblo- le pidieron que no se caliente. Ricardo Anaya sigue alucinado con demostrar que es el segundo lugar.
Meade que es el que sabe de finanzas, mientras que Margarita y “El Bronco” Rodríguez con agriarle la fiesta a Anaya y a López Obrador se darán por bien servidos.
Pero es lo que hay y habrá que verlos. Que tengan un buen fin de semana todos aunque con cautela, ya no se sabe que resulta más peligroso: si los socavones o las balaceras.