Los tiempos cambian y las costumbres y festejos también, así lo han hecho muchas escuelas que cambiaron el tradicional festejo del “Día de las Madres” por el de “Mamá y Papá”.
¿Qué pienso al respecto?, ¡qué esta excelente!, ¿por qué? porque la dinámica familiar ha cambiado y ahora los padres asumimos nuevos roles.
Hasta hace algunos años, se veían en su mayoría a las mamás participar en la formación de los hijos, pues papá estaba trabajando y se creía que la educación de los hijos es labor de ellas.
Ahora ambos trabajan o lo hace mamá y papá se queda en casa ¡y está bien!
Mi hija me dijo hace días algo que me hizo sentir muy orgullosa, tanto de mí como de ella.
“Mamá y papá trabajan, los dos van al trabajo todos los días y nos llevan a la escuela”.
¿Por que me da tanto gusto? primero porque ella es consciente de nuestra labor y segundo, porque eso la marcará para su futuro.
Ella sabrá que el hecho de ser mujer no definirá su labor, podrá ser ama de casa, profesionista o ambas si lo desea.
Sabrá que su desarrollo será en base a lo que quiera ella y no alguien más.
Que cualquier cosa que decida hacer deberá hacerla bien y con mucho amor y corazón de por medio.
Por eso me da tanto gusto que se festeje a mamá y papá, porque aunque estamos acostumbrados a verlas a ellas, muchas veces son ellos quienes hacen chongos por las mañanas, bolean zapatos o planchan uniformes.
Porque cada día antes de ir al trabajo, llevan a sus hijos a la escuela y a la hora de la
salida están puntualmente en la entrada.
Porque sin importar el rol en la familia, quien haga feliz a los hijos merece ser festejado.