Mi hermano César hoy debía cumplir 60 años, pero el Covid se lo impidió. Son tantos los recuerdos y anécdotas juntos que nunca acabaría de contarlas, como la vez que en Monterrey, estudiando él Ciencias Químicas en la UANL, influyó para que me decidiera a ser periodista y no arquitecto.
Resulta que un día que vine a visitarlo como preparatoriano me llevó al Canal 28 en el edificio Latino y me presentó a una compañera con quien compartía una casa de asistencia por Doctor Coss, antes de ser demolida para dar paso a la Macroplaza.
Se llamaba Blanca y era de Matamoros, bien recuerdo. Era locutora de un noticiero y bastaron unos minutos dentro de la cabina de radio para definir mi carrera. Meses antes de su partida le pregunté por ella en casa de mis papás. Le había perdido la huella muchos años atrás.
En esa visita a Monterrey también fuimos a ver en reestreno El Exorcista al cine Encanto y nos hartamos de comer pizza y espagueti en un conocido bufet por Zaragoza que se llamaba La Cosa Nostra.
Y aunque no le gustaba festejar sus cumpleaños, este día partirá el pastel en el Cielo.
Hoy mi mamá y tus hermanas Lupita y Nora te comprarán uno delicioso y te llevarán flores a tu nicho. Un beso mi hermano mayor. Te extrañamos.