Después de varios intentos, finalmente los Rayados del Monterrey lograron lo que muchos equipos del futbol mexicano intentan: ser Campeón.
No ha sido una tarea fácil la que han tenido –tanto en la parte administrativa, como en la parte deportiva– para alcanzar la tan anhelada tercera estrella en la playera que lo avala como el dueño de la Copa.
Para llegar esta instancia se requiere de talento y capacidad, pero también de una serie de circunstancias que hacen más favorable que las cosas puedan suceder y lograr lo que se tiene proyectado.
De entrada, hay que reconocer el esfuerzo de Jorge Urdiales, un regiomontano de cepa, que ha sabido darle mesura y ecuanimidad a la directiva del equipo, a eso también se le puede añadir la audacia y ganas de creérsela –aunque a muchos no les caiga bien– que tiene el capitalino Luis Miguel Salvador.
Pero también, y de mucha importancia, está la presencia como enlace entre la empresa regiomontana FEMSA y Consejero Delegado del Club Monterrey, en la persona de José González Ornelas.
Estos tres personajes han ido tejiendo desde hace algunos años el sueño de quedar campeones, ya lo habían logrado con Daniel Pasarella en el Clausura 2003, pero por diferentes razones no se le pudo dar continuidad a ese proyecto con el ahora presidente del River Plate.
A raíz de esa decisión trajeron a otros entrenadores como Hugo de León, Sergio Orduña y Miguel Herrera en 2004, siendo éste último el que duró hasta 2007 y quien estuvo a punto de quedar campeón, pero perdió dos finales, una con Toluca y otra con Pumas.
Los que saben de futbol aseguran, que fueron malas estrategias planteadas por Herrera, las que hicieron que el sueño del campeonato se esfumara.
Pero el trío de Ornelas, Urdiales y Salvador siguió en su proyecto para que el equipo quedara campeón, aunque nuevamente cayeron en un bache cuando en 2007 contrataron a Isaac Mizrahi, quien no pudo con el paquete y cedió la estafeta a un soberbio Rircado Lavolpe, que durante todo 2008 nada más no pudo conjuntar disciplina, armonía y resultados, por lo que le dieron las gracias.
Nuevamente los directivos de Rayados voltearon a ver el mercado extranjero y nacional, pero no encontraban algún candidato que les llenara el ojo.
Cuando voltearon hacia la propia Ciudad, “descubrieron” a Víctor Manuel Vucetich, quien tenía dos años refugiado como comentarista de televisión y radio, después de que su último equipo Jaguares de Chiapas, nadara en la mediocridad en la que el equipo y directiva siguen metidos.
Vuce, como más de uno le dice, llegó y encontró un grupo anímicamente destrozado por lo que había pasado con los jugadores y Lavolpe.
Durante el torneo de Clausura 2009, de enero a mayo, Vucetich intentó darle su toque e imponer su estilo de juego, tratando de convencer a los jugadores que era posible lograr mejores resultados poniendo su talento a la disposición del equipo.
Cuando parecía que este torneo que acaba de terminar se les iba de las manos, con la inteligencia de Vucetich –ahora cuatro veces campeón–, la disposición y el talento de los jugadores, lograron la meta trazada: Ser Campeones.
Sobra decir el espectacular segundo tiempo del partido de ida de la Final, donde de ir perdiendo 1-3 frente al Cruz Azul, terminaron remontando el marcador para quedar 4-3, en un partido que será recordado por muchos años por los fieles aficionados Rayados.
Cuando todo esto se pone en perspectiva, no queda más que decir que este campeonato es producto de muchos factores, pero sobre todo el de sacar lo mejor de cada uno de los integrantes del equipo para beneficio de la institución.
Las más de 400 mil personas reunidas el lunes en la Macroplaza son sólo la cereza del pastel de un proyecto que puede convertirse en dinastía que en mucho deberá ayudar al futbol regiomontano y por supuesto a la Ciudad.
Seguir sumando estrellas puede seguir catapultando al Monterrey a los primeros planos del futbol mexicano e internacional, porque con la copa en la mano se le abrirán las posibilidades de participar en torneos internacionales como el Mundial de Clubes, la Libertadores y la Sudamericana, para seguir ganando prestigio.
Y también debe servir para que la empresa regiomontana Cemex y los Tigres se pongan las pilas para que la Ciudad siga siendo tierra de campeones y llena de estrellas, como lo tienen otras ciudades como Madrid, Roma, Buenos Aires, París, Londres y por supuesto Guadalajara, el DF, Toluca y Pachuca.
Ojalá y así sea.
roldan.trujillo@noticiasalaire.com
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