Tamaulipas constituye en este momento uno de los estados con mayor incertidumbre en cuanto a los resultados que se obtendrán el primero de julio.
Si se observa el proceso de las candidaturas al Senado por parte del PRI con Alejandro Guevara y Yahleel Abdala, por el PAN con Ismael García y María Elena Figueroa, y por Morena, Américo Villarreal, resultan un buen para identificar lo incierto que se ve la resolución electoral.
Por un lado, Alejandro Guevara quien dejó su curul en la Cámara de Diputados, al igual que su compañera de fórmula, para buscar la senaduría, el mantense tiene su mejor cartel en el centro del estado. De su actividad en esta contienda dependerá que lo conozcan en el resto de las regiones.
Por su parte, Yahleel carga con el rechazo de sus propios conciudadanos, no pudo convencer a los nuevolaredenses de votar por ella, fue gracias a la cosecha de votos en la frontera chica que pudo hacerse de la diputación federal. Además hay críticas a su desligue con el desprestigiado PRI, observable en el tamaño casi microscópico del logotipo en sus espectaculares en los que priva el tono morado, ¿es que quiere aparecer ante los ojos ciudadanos como independiente de su partido? Los priistas de raigambre le critican esta postura.
En lo que se refiere a Ismael García, su estrecha relación con el gobierno en turno es su mejor equipaje de aquí al primero de julio, ¿pero le alcanzará para llevarse la delantera? ¿Los votantes pasarán por alto las promesas incumplidas del blanquiazul sobre todo en lo referente al combate a la inseguridad y la creación de empleos?
El asesinato de seis civiles la semana pasada en la tierra de los García, se suma a los “daños colaterales” de una guerra que no acaba.
Para María Elena Figueroa su origen ciudadano en Tampico dirigiendo una Asociación Civil, una candidatura a la diputación local que no obtuvo y su paso por el Instituto Estatal de la Mujer, son las cartas credenciales que la representan, pero la mayor parte de la ciudadanía tamaulipeca no la ubica. Aunque la puede jalar la repartición de beneficios oficiales por el PAN estatal para ganar el voto.
En el caso de Américo Villarreal como candidato por Morena tiene el peso favorable de un gobernador de quien los tamaulipecos conservan un buen recuerdo. Pero el doctor Américo no es el ingeniero Américo. Habrá que ver si este nombre y la maquinaria lópezobradorista lo llevan a ocupar una curul en el Senado.
Para cualquiera de ellos llegar en segundo lugar les significará tener una senaduría asegurada, pero quien la obtendría es el que ocupe el primer lugar como primera minoría en la lista.
Me refiero a Ismael, Yahleel o Américo.
De ahí saque usted conclusiones, la incertidumbre prevalece y como se ve el panorama es muy posible que las encuestas de opinión en esta entidad no reflejen el verdadero sentir de la población que está bajo la lupa del PAN por aquello de las represalias si dicen públicamente que votarán en contra de sus propuestas.
El silencio puede ser la respuesta… hasta que llegue el momento de emitir su voto.
TINO EN EL SEXTO DISTRITO
Para los candidatos a las senadurías y a la diputación en el Sexto Distrito, la situación se les podría tornar más difícil. Tanto Ismael como Vicente Verástegui, ambos panistas, llevan la consanguinidad como sello como para obtener candidaturas y, dicen ellos, para ganar.
Uno es hermano del actual gobernante en Tamaulipas y el segundo familiar directo del secretario General de Gobierno, César Verástegui, quien a su vez puso como candidata a la alcaldía de Xicoténcatl a su cuñada, hermana del aspirante a diputado federal. Todo queda en familia.
Por ello, el priista Tino Sáenz le está apostando en el Sexto Distrito a que se de la tradición priista de obtener el voto del campesinado que ha salvado a otros aspirantes, como Enrique Cárdenas de quedar fuera de la Cámara de diputados.
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