(The Trial of the Chicago 7, 2020)
Aaron Sorkin sí que sabe darle a realidad un toque de refinado humor. En El Juicio de los 7 de Chicago el director revisa un evento histórico ocurrido en 1968, cuando un grupo de líderes antibélicos se reunió en la Ciudad de los Vientos para manifestarse en contra de la guerra de Vietnam.
El evento se salió de control y lo que era una protesta pacífica se convirtió en una batalla campal en la que los policías, armados con sus toletes, molieron a decenas de activistas.
Los responsables, acusados de instigación, fueron llevados al juicio que aquí se presenta. Sacha Baron Cohen y Eddie Redmyane estelarizan el elenco que muestra cómo eran los procedimientos legales en aquel tiempo, cuando bullía la lucha por hacer que prevalecieran los derechos civiles, en una nación que estaba dividida aún por el racismo y el respaldo a la intervención, que ordenaba la Casa Blanca, en países lejanos y que costaban la vida a miles de ciudadanos convertidos en soldados.
Los alegatos en el tribunal se convierten en una astuta batalla de razonamientos entre el hippie abogado de la defensa, Mark Rylance, y el atildado fiscal Joseph Gordon-Levit, que se esmeran en la exhibición de incontables argucias para convencer al jurado.
En medio de todo está el incompetente juez, magistralmente interpretado por Frank Langella, un tonto con toga que conduce torpemente el procedimiento, convirtiendo el sistema judicial en una broma pesada en la que, tristemente, se está decidiendo el destino de una generación de jóvenes inconformes.
El Juicio de los 7 de Chicago es un interesante drama judicial, con grandes actuaciones.
(R. Restringido; menores de 17 deben estar acompañados de sus padres)
Netflix @LucianoCamposG