Tamaulipas tiene en su historia muchos intentos fallidos de concretar proyectos costosos que le significarían derrama de recursos y empleos que proyectarían a la entidad a otro plano.
Pero una vez más, la decisión centralista abortó un nuevo intento de atraer una millonaria inversión en materia petrolera.
En ese proceso de dar el salto a otro nivel de vida, los tamaulipecos no sólo han gastado sus esperanzas, también su dinero.?Recordemos, con Manuel Cavazos, el canal intracostero fue el proyecto que mantuvo en el candelero al ex gobernador.
Cavazos tomó recursos del erario para financiar el estudio con el cual convencer a la federación y a organismos internacionales de la conveniencia de construir un canal en el mar, rodeando la costa tamaulipeca para mover mercancías, en lugar de usar el transporte carretero.
El plan no prendió, pero entretanto se gastaron muchos millones de pesos en todos los estudios de factibilidad y de impacto a la naturaleza.
Todavía resuenan las palabras de Julia Carabias, ex titular de la Secretaría del Medio Ambiente, quien dijo en Nuevo Laredo que el canal intracostero tenía más de 80 observaciones por parte de esta dependencia que impedían su aprobación.
Resignado, Cavazos se refugió en la construcción de carreteras, así habrá estado la presión de las compañías transportistas, que se opusieron férreamente a la construcción del canal.
Luego llegó la administración de Tomás Yarrington y se habló del proyecto Fénix, Vicente Fox habló y habló de ese desarrollo petroquímico, al cual se le metió dinero para atraerlo a Altamira y sólo quedó en un sueño que costó muchos millones.
En la actual administración, recordamos las palabras de Geño dirigiéndose a Georgina Kessel, la secretaria de Energía, mostrándole los estudios de factibilidad técnica y económica para que la refinería se construyera en suelo tamaulipeco.
Georgina sólo sonrió.
En ese estudio también se invirtió dinero público, intentando concretar un afán largamente acariciado.
Pero nada pasó.
Y el dinero se desperdició.
La decisión del gobierno federal de construir la nueva refinería en Tula, Hidalgo nos indica no sólo que esta entidad está mejor posicionada, sino lo que implica para Enrique Peña Nieto, el gobernador del Estado de México, quien siempre hace mancuerna con el mandatario hidalguense, Miguel Ángel Osorio Chong.
Ambos gobernadores van muy de la mano en sus proyectos políticos de aquí a tres años. La refinería les significará una proyección personal envidiable.
Por todo eso, a partir de ya, quien encabece el gobierno de Tamaulipas debe analizar muy bien sus alcances, ver sus fortalezas y debilidades y no emprender aventuras costosas en las que se arriesga el dinero de la gente.
Tamaulipas tiene enormes ventajas desaprovechadas, no hay una política efectiva de promoción de los productos tamaulipecos en Estados Unidos, cuántas naciones del mundo morirían por estar cerca de la todavía primera potencia mundial.
Nosotros en lugar de verlo como una conveniencia, no hemos aprendido a sacar provecho económico de esa cercanía.
Es este el momento de apoyar al campo tamaulipeco, de apoyar su industria, de fortalecer la educación y de tener altura de miras reales, no basadas en lo que dicen al oído los corifeos que sólo sacan su tajada millonaria endulzando y mareando con sus palabras al gobernante en turno.
Discussion about this post