Si yo fuera AMLO recularía en el caso Napoleón y aceptaría que enloquecí al postularlo al Senado; si yo fuera Anaya renunciaría a la candidatura que apesta a corrupción; y si yo fuera Meade dejaría el lugar a otro para evitar el hundimiento del Titanic tricolor. Pero como no soy ninguno de los tres, mejor sigo siendo periodista.
Vivimos en un mundo de políticos mentirosos. En EU, colaboradores de Trump mintieron ante jueces en el tema Rusia y muchos han renunciado al gabinete. Mientras en México, Ricardo Anaya hace lo mismo por el caso de su prestanombres Barreiro: dijo que no lo conocía, pero se le vio baile y baile con la peluca negra en su boda. ¡Y no renuncia el cínico a ser candidato! Y Diego Fernández, Santiago Creel y Dante Delgado defendiendo lo indefendible.
Después de 28 años, hoy en un desayuno agradecí a Raúl González su impulso para alcanzar la internacionalización en mi carrera, una historia que siempre he contado. En 1989, siendo director de la Conade, me ayudó para que Multimedios obtuviera a destiempo dos solicitudes de acreditación para el Mundial de Fútbol de Italia 90 que me obligó a estudiar el italiano. Y un año después, por el idioma de Dante Alighieri, la Agencia Notimex me contrató para irme de corresponsal a Roma. Gracias de nuevo “Matemático”, gloria olímpica mexicana. Viejo amigo.
Si algo es detestable en un político mexicano es su mitomanía (mentir, mentir y mentir) y parece que Ricardo Anaya es una obra de arte. Como es el caso de su relación amistosa con Manuel Barreiro, su supuesto prestanombres, a quien negó conocer pero en un video se le ve muy contento en su boda. P.D.- Hace días escribí sobre AMLO y Napoleón Gómez, para que no se azoten algunos.
En Italia llegan a ser legisladores: Premios Nobel, empresarios, investigadores, músicos, intelectuales y víctimas del Holocausto. En México tenemos a Cuauhtémoc Blanco, Carmen Salinas, Pato Zambrano, etc., etc., etc.
Mis respetos a Salvador Borrego, de SABA Consultores, pero eso que dijo al aire en el programa Cambios del arquitecto Héctor Benavides, de Multimedios, como que no me cuadra: “Yo no hago encuestas para acertar, sino para hacer ganar a un candidato”. ¿O sea que las cucharea?¿Hace trajes a la medida; encuestas falsas, propagandísticas, recaudatorias? ¡Que alguien me explique!
AMLO y su Napoleón Gómez; Anaya y las corruptelas del PAN con Padrés, Reynoso y el difunto Mouriño; y de Meade esa historia se cuenta sola. Seguro los mexicanos votarán el 1 de julio por el menos peor, como se dice. Y una vez sean oficializados los independientes, con gusto los incluiré en mis comentarios.
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