Mientras todo el mundo está literalmente de cabeza y en pánico, parece que en México tenemos el síndrome del salmón que nada contracorriente en el tema del Covid-19.
Fronteras selladas, prohibición de vuelos trasatlánticos, revisiones en carreteras, cierre de negocios y escuelas, y suspensión de todos los eventos públicos durante un mes, han ordenado gobiernos de Estados Unidos, Canadá, Italia, España y Alemania.
Pero en México el Covit-19, la enfermedad que ha matado casi 5 mil personas y golpeado con severidad la economía mundial, no pasa de memes donde el centro de las bromas es el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Con plena seguridad – o tibieza- las autoridades de salud han enfrentado el coronavirus con bastante calma, misma que parecería que tenemos funcionarios y médicos galardonados con el Premio Pulitzer de Medicina.
En tanto el pánico empezó a contagiar, ese sí, a los mexicanos que han vuelto a vaciar los supermercados y farmacias buscando gel antibacterial y cubre bocas; papel higiénico, productos de limpieza y alimentos no perecederos.
Para bajarle dos rayitas a la psicosis de sus gobernados, López Obrador apreció este jueves en una gira en Sonora repartiendo besos y abrazos, contrario a las indicaciones anunciadas por el sector salud para evitar el contagio.
Ya no tengo dudas que vivimos en una burbuja alejada del mundo, con un presidente que no solamente se niega a tener roce internacional, sino que aplica muy bien el dicho: “En México el coronavirus nos hace lo que el viento a Juárez”.
Eso mismo pasó en Italia donde en el balance de este viernes 13 sumaban más de 15 mil infectados y se superó la cifra de mil fallecidos. En un país del llamado primer mundo.
Dios nos agarre confesados.