En “munchos” de los memes que nos hacen a los que vivimos en la border, nos señalan que estamos en Ta-ta-ta-ta-maulipas y pos Ciudad Mier no se escapa de estos.
El llamado “Pueblo Mágico” por aquello de que es muy nice, pero también no hay naiden por las constantes situaciones de riesgo que hicieron que la people huyera pa’ Roma, Texas, u otro lado más cercas y seguro.
Mier era el paso obligado de los regios cuando iban desde Monterrey a Miguel Alemán, pasando los municipios de Pesquería, Marín y Cerralvo, solo te detenías en el restaurante El Rodeo para pedir un machacado o una rica fritada.
Al llegar a Mier City podías comer muy sabroso en El Patrón o en A.K.Tere, pero bueno, de pasada visitar los sitios históricos como La Casa del Tejano, donde 242 gringos de las tropas de las compañías del Capitán Ewen Cameron, al mando del comandante William S. Fisher se rindieron y entregaron sus armas, allá por el 25 de diciembre de 1842.
Si se animan a viajar por la carretera Ribereña, ahí les encargo, lleven un bolillo pa’ el susto, que por cierto parece “fantasma” por aquello del miedo a ser asaltado.
En el pueblo está el Museo de la Batalla de 1842, la antigua capilla de San Juan, como la Parroquia de la Purísima Concepción, sitios que debes conocer para tomarte una “selfie” antes de poner los pies en polvorosa.
El alcalde Roberto Gustavo González estuvo en la celebración del doceavo aniversario de Mier como “Pueblo Mágico” y pos falta que nos diga si este lunes regresa a la actividad, pero pos quién se anima a comerse un asado de puerco, si luego haces corajes porque te quitan tu “mueble”, y pos serás una estadística más de los muertos del Covid-19.
La noveda’ es que el güen Hugo López-Gatell nos dio las esperanzas de que pronto volveremos a “la nueva normalidad”, pero primero lo harán los municipios de Tamaulipas que no han tenido un solo caso de Coronavirus, y entre esos al parecer por el mapa que presumió son Ciudad Mier, Miguel Alemán y Cruillas, que no tendrán “encierramiento”, o sease que podrán ir de shopping, pero no les queda más que ir a una de las tienditas de la esquina por unas hojarascas, por cierto son de las mejores del mundo mundial, y por una coca bien helada. Sí es que hay.
Mientras tanto la Rosa María está bien happy en casa, lave y lave la ropa con chorro de cloro, poniendo Freeback a todas las paredes pa’ desinfectar a los virus que vuelan, y hasta me obliga a que me quite mis huaraches al llegar a casa y me bañe a jicarazos pa’ que no la contagie y huela rico.
De Cruillas (what?) les diré que su presidenta municipal es Olga Lidia Hernández, y pos tendrá mucha actividad, ahora que empiecen a anunciar su reapertura en esta “nueva normalidad”, que incluye empresas y escuelas.
Ahí también puedes tomarte una selfie en la casona donde nació Juan José de la Garza, como en las ajueras de la Iglesia de Nuestra Señora de Monserrat, construida en el siglo XVIII.
Pero si andan de guatosos, como los que jueron de volada a La Plaza Mall de McAllen, quesque ya no podrían estar sin salir y les daba ansias porque querían probar unos pretzels de la Auntie Anne’s, pero acá en Cruillas pos puedes pedir unas chochas con blanquillos en “El cuerudo tamaulipeco” o en un rinconcito de la plaza principal.
También puedes darte un chapuzón en los parques recreativos La Nación y Bertha del Avellano de Cárdenas, y si te gusta el deporte extremo, pos tienes a la sierra de Cruillas, si te animas a subirla con un montón de malandros detrás.
Si vieran cómo envidiamos a Mier y a Cruillas, pero la raza estuvo de mitotera en las calles comprando su mazorca de elote con chile “del que no pica” y con harto queso blanco en polvo, o su bolsa de Tostitos con queso amarillo derretido y su elote degranado, pos no andaríamos con esas cifras tan altas del Covid-19.
No nos queda más que seguir en casa, esperar que pase pronto este “encierramiento”, a ver todas las series de Netflix disponibles y los nuevos cortos de Tik-Tok de Erika Buenfil.
Mientras tanto puedes ponerte tu cubrebocas, chorro de gel antibacterial y persignarte al salir a las calles. No vaya a ser que toques algo y te contagies del Coronavirus asesino y estires la pata. Y entonces te dirán: “ya ves que sí existía”.